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U
NIVERSIDAD
R
AFAEL
L
ANDÍVAR
V
ICERRECTORÍA
DE
I
NVESTIGACIÓN
Y
P
ROYECCIÓN
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
proceso de formación de la élite comerciante que se afilió al movimiento
de Acción Católica. En este capítulo es fascinante la manera en que Falla
le sigue la pista a los nuevos comerciantes «ilotecos» en cada una de las
iniciativas que se ingenian para comerciar con nuevos productos y abrir
nuevos mercados en diferentes regiones de Guatemala. Aquí Falla nos
presenta a hombres viajeros que conocen las costumbres, los gustos y las
intenciones de los compradores de las más diversas regiones del país, como
podían ser Cobán, Ciudad de Guatemala o los parcelamientos de la costa
sur. Nos describe a hombres intuitivos, dinámicos, con cabeza abierta,
capaces de reconocer «con quién tratan» en cada una de sus transacciones.
En fin, nos habla de hombres receptivos a las nuevas ideas que llegan fuera
del municipio, si estas le convienen, hombres que gozan de la seguridad de
que no serán engañados
38
.
En este capítulo, cobra especial valor la manera en la que Falla documenta
los procesos de «estratificación social» al interior de la comunidad y
las disputas de poder que se establecen entre los antiguos y nuevos
comerciantes.
A la manera de lo planteado por Max Weber en La ética protestante y el
espíritu del capitalismo, Falla examina las distintas maneras en que el proceso
de adscripción al movimiento de Acción Católica tuvo una significativa
influencia y afinidad electiva con la inserción exitosa de los comerciantes
ilotecos a la economía capitalista –expandiendo su mercado más allá de los
circuitos del mercado local–
39
.
En 1905, Weber planteó que la médula de su problema de investigación
consistía en determinar la influencia de ciertos ideales religiosos en
la formación de una «mentalidad económica», de un ethos económico,
fijándose para ello en las conexiones de la ética económica moderna con la
ética racional del protestantismo ascético
40
.
38
ibid., 186.
39
ibid., 193.
40
Max Weber, La ética protestante y el espíritu del capitalismo (México: Fondo de Cultura Económica,
2003), 66.
79
M
ATILDE
G
ONZÁLEZ
-I
ZÁS
Q
UICHÉ
REBELDE
:
UNA
LECTURA
DESDE
EL
PRESENTE
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
En contrapartida, en 1978, Ricardo Falla argumenta que «la capitalización
del comerciante (en San Antonio Ilotenango) fue de la mano con
‘la conversión a la religión católica’»
41
. Al igual que Weber, Falla identifica
una serie de valores comunes entre el comerciante (capitalista) y el converso,
lo que da pie a pensar que ambos procesos se reforzaron mutuamente;
pues el comerciante y el converso compartían una manera específica de
concebir los valores (ética) en el trabajo, la vida cotidiana, la actividad
económica, la comunidad y su relación con el mundo exterior.
El buen comerciante, asegura Falla, tiene una serie de cualidades que se
expresan de la siguiente forma: tiene chispa (es imaginativo); le trabaja
la cabeza (planifica); entiende (comprende los argumentos del mundo de
fuera); aguanta (se arriesga a luchar); y posee una intuición que a veces
se traduce en sueños reveladores. Es decir que, en comparación con el
trabajador del campo, como el pastor de ovejas, con el cuadrillero de las
algodoneras y con el salinero, el comerciante se ve en una disposición más
abierta y más serena para aceptar las palabras que oye venidas de fuera. El
buen comerciante, afirma Falla, aguanta, es decir, que se arriesga (invierte),
lucha y está dispuesto a perder cantidades fuertes para poder ganar
42
.
Las decisiones importantes del comerciante cuando capitaliza y del
convertido cuando se convierte se asemejan y se resuelven en un acto de
intuición, que a veces se expresa en sueños
43
. Además, la capitalización
y la conversión son dos caras de la misma experiencia de la ruptura de
las normas de redistribución de la comunidad; aunque con el paso de los
años entre algunos comerciantes convertidos de nuevo se haya instalado
ante la experiencia del estancamiento, una exigencia de redistribución que
institucionaliza el movimiento religioso originario
44
.
41
Esta capitalización de los comerciantes, según Falla fue posible gracias a sucesos externos a
la comunidad, tales como, la supresión de las deudas y del trabajo forzado (el trabajo libre),
la ampliación de la red vial y la importación de vehículos. En este caso, agrega el antropólogo
citado, la propiedad de un vehículo permitió al comerciante moverse a un nivel de
comercialización superior, pues no solo podía vender al por mayor, sino consiguió obtener
mercancía en consignación y multiplicar sus puestos de venta cubriendo así varios dominios de
poder, aunque distantes entre sí; Falla, Quiché rebelde, 193.
42
ibid., 179, 181.
43
ibid., 185.
44
ibid., 193.