70

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NIVERSIDAD

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AFAEL

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ANDÍVAR

V

ICERRECTORÍA

 

DE

 I

NVESTIGACIÓN

 

Y

 P

ROYECCIÓN

Entrega especial Ricardo Falla, S. J.

sociólogos plantearon que la estructura social de Guatemala se fundaba 
sobre un capitalismo imperialista. Su manifestación económica era la 
del monopolio establecido por los latifundistas que lo creaban, y luego 
este era sostenido por los minifundistas indígenas. Su manifestación 
social era una clase de capitalistas (ladinos) en conflicto con una clase de 
obreros (indígenas). Desde mi punto de vista, las ideas más novedosas 
desarrolladas por Herbert y Guzmán Böckler estaban relacionadas con «la 
expresión ideológica de esa dialéctica», entendida como un tipo de «racismo 
disfrazado en los conceptos del indigenismo, el mestizaje, la aculturación, 
ladinización y la integración»

11

Sabemos bien que los argumentos desarrollados por Herbert y Guzmán 
Böckler provocaron de inmediato una fructífera polémica entre sociólogos 
y antropólogos, particularmente entre historiadores marxistas de la línea de 
Severo Martínez Peláez, quien en ese mismo año publica su más influyente 
obra: La patria del criollo: ensayo de interpretación de la realidad guatemalteca, en 
la cual analiza la historia colonial de Guatemala desde la perspectiva de la 
lucha de clases. A la distancia, aún resuena el eco del debate sostenido entre 
Herbert-Guzmán Böckler y Martínez Peláez. No obstante, se recuerda 
menos la discusión sostenida con otros intelectuales de la talla de Robert 
Carmack, Edelberto Torres Rivas y el mismo Ricardo Falla. 

De cara a ubicar el contexto en el que se inscribe la publicación de Quiché 
rebelde
, me parece relevante recuperar algunas de las críticas plateadas por 
el antropólogo y etnohistoriador Robert Carmack, quien en ese entonces, 
estaba haciendo sus estudios etnográficos en un pueblo K’iche’ de 
Totonicapán (Santiago Momostenango). Desde la perspectiva de Carmack, 
el bosquejo sociológico desarrollado por Herbert y Guzmán Böckler no 
solo definía bien el problema socioeconómico de Guatemala –expresado en 
la relación desigual entre latifundios y minifundios–, sino el problema de la 
relación interdependiente entre ladinos e indígenas. Asimismo, consideraba 
que era acertado señalar que la formación de la estructura social interna 
de Guatemala estaba relacionada irrevocablemente con el influjo de los 
poderes externos: España, Inglaterra, Alemania –aunque la influencia de 

11

 Carlos Guzmán Böckler y Jean-Loup Herbert, Guatemala: una interpretación histórico social (México: 

Siglo Veintiuno Editores, 1970).

71

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UNA

 

LECTURA

 

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EL

 

PRESENTE

Entrega especial Ricardo Falla, S. J.

esta última potencia no estaba siendo observada suficientemente– y los 
Estados Unidos de Norteamérica

12

No obstante, Carmack identificó –entre otras– que una de las debilidades 
más grandes del esquema de interpretación de Herbert y Guzmán era «la 
simplificación» de la situación social que se vivía en Guatemala, al punto 
de distorsionarla. En contrapartida, planteó que «la estratificación social» 
de los países latinoamericanos era compleja y difería «del sistema dual» que 
estos observaban. No es admisible, arguyó Carmack

13

, eliminar las clases 

medias del análisis político ni evadir la discusión sobre los campesinos  
(que parecieran estar inmersos entre los proletarios). Recuperando a 
Martínez Peláez

14

, Carmack muestra que, desde la época colonial, en 

Guatemala ya había una «estratificación social compleja y significativa». 
Por consiguiente, no era dable creer que esas divisiones socioeconómicas 
fueran menos agudas en los años setenta. 

Desde el punto de vista del etnohistoriador citado, otra simplificación 
inaceptable en el esquema de interpretación de Herbert y Guzmán se 
resumía en que en un período tan extenso (de 1524 a 1970), estos no 
fueran capaces de observar los cambios sociopolíticos significativos que 
modelaron la sociedad guatemalteca. A manera de ejemplo, les propone 
analizar el gobierno liberal de Justo Rufino Barrios, durante el cual la 
sociedad guatemalteca vivió un tipo de autoritarismo que transitó entre el 
imperialismo y el fascismo que se vivió en Alemania y Japón

15

. Finalmente, 

Carmack critica la tendencia de Guzmán y Herbert a sobresimplificar 
la situación social, al punto de polarizar los procesos de ladinización y 
nativismo; cuando, en realidad, los dos procesos solían existir al mismo 
tiempo y eran protagonizados por diferentes clases de indígenas

16

12

 Robert Carmack, «Guatemala: Una interpretación histórico-social», reseña de América indígena, 

de Carlos Guzmán Böckler y Jean Loup Herbert, (1972), 177.

13

 ibid.

14

 Severo Martínez Peláez, La patria del criollo, (Guatemala: Editorial Univesitaria, 1971).

15

 ibid., 178, citando a Barrington Moore, Los orígenes sociales de la dicadura y de la democracia. El señor y 

el campesino en la formación del mundo moderno (Barcelona: Edit. Península, 1966).

16

 ibid.