54

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NIVERSIDAD

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V

ICERRECTORÍA

 

DE

 I

NVESTIGACIÓN

 

Y

 P

ROYECCIÓN

Entrega especial Ricardo Falla, S. J.

poco rigurosa, en el mejor de los casos

43

. Dicho esto, si la teoría del poder 

no parece ofrecer una explicación satisfactoria de la conversión como 
hemos dicho, ¿por qué Falla parece concederle la última palabra en las 
conclusiones, sobre todo para deducir la diferencia entre violencia letal y 
conversión religiosa?

Inmunizar a la política: entre poder, fe y violencia

Lo fascinante de Quiché rebelde –y lo que le convierte en un texto 
indispensable– es que trata de comprender esos eventos en los que se 
intenta pasar de una realidad incognocible o inexperienciable (que está en 
exceso), a una realidad cognoscible y comprobable. Falla parece encontrar 
en la noción de «liminalidad» la respuesta. No obstante, y de manera 
un tanto enigmática, él también utiliza nociones como «revelación» e 
«intuición» para mediar entre lo incognocible y lo comprobable. Estas 
categorías, desde luego, no aparecen en ninguna de las teorías que se 
movilizan en Quiché rebelde. En este sentido, creo yo, a la forma en la que 
Falla comprende el proceso ritual, se le ha «colado» un influjo teológico 
no declarado.

Por limitaciones de espacio no puedo profundizar; no obstante, es 
pertinente anotar que de la reforma teológica europea previa al Concilio 
Vaticano II –que parece haber influido a Falla durante sus estudios en 
Innsbruk

44

–, dos ideas resuenan en los argumentos de Quiché rebelde

En la primera, atribuible a Pierre Rousselot

45

, el acto de fe no depende de 

la conciencia del sujeto cognoscente (no es un acto puramente cognitivo) 
ni de la experiencia comprobable (empírica) de los objetos de la fe. Antes 
bien, el acto de fe busca hacer conexiones creíbles a partir de posibilidades 
que la experiencia no está en capacidad de entender. Se perciben conexiones 
y, por la vía de la intuición sensible y la síntesis, se consiente con ellas. Esto 
supone, al mismo tiempo, que el acto de fe no antecede a las condiciones 
que le permiten elaborar su propia afirmación o consentimiento: la fe 
es el efecto mismo de las condiciones que posibilitan su juicio sintético. 

43

 Véase, en este sentido, la investigación de Matilde González, Se cambió el tiempo, conflicto y poder en 

territorio K’iche’ 1880-1996, tomo I (Guatemala: Avancso, 2002), 285. 

44

 Véase a Ricardo Falla, «Camino de vida en la investigación del hecho religioso» (manuscrito 

inédito, 2015).

45

 Pierre Rousselot, S. J., The Eyes of Faith (Nueva York: Fordham University Press, 1990).

55

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DE

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ICARDO

 F

ALLA

Entrega especial Ricardo Falla, S. J.

Así pues, la fe es «especulativa» antes que «demostrativa»: los juicios y la 
evidencia empírica no la invalidan. Toda la jerga es kantiana, sin duda, pero 
también describe la manera en la que Marcel Mauss –contemporáneo de 
Rousselot– explicó cómo funciona la magia

46

. De aquí provienen, creo yo, 

las múltiples referencias a la noción de «intuición» –intercambiable con la 
de «revelación»– que Falla atribuye a varios de sus entrevistados

47

Al igual que Rousselot, el connotado teólogo Karl Rahner pensaba que 
la fe se basaba en algo absolutamente incognocible, pero agregaba que es 
solo ante la inevitable realidad de la finitud del «hombre» –al enfrentarse 
a su propia muerte– que la experiencia de lo infinito se abre, es decir, la 
experiencia de la promesa de un futuro infinito y otra vida (el lenguaje 
ahora es heiddegeriano)

48

. Esta es la segunda idea.

En esta línea, haríamos bien en preguntarnos si, después de todo, al 
decir «suerte», Dios o «brujería» se está explicando algo; o si, como creía  
Levi-Strauss, estos nombres no sirven más que para hacer expresable una 
realidad, cuyos referentes son incomprobables y carecen de consistencia 
empírica y ontológica

49

En otras palabras, estos nombres «ocupan el lugar» de algo que, en sentido 
estricto, está ausente: son un «artificio» del lenguaje que «suple» y hace 
«expresable» una ausencia. Aunque Falla reconoce de manera acertada que 
este poder es simbólico

50

, él renuncia a esta teoría en virtud de mantener 

46

 Para Mauss, la magia es aquello que no se puede desmentir; Marcel Mauss, A General Theory of 

Magic (Londres: Routledge, 2002). Para un análisis de la relación entre Kant y la antropología, 

véase el rigurosos análisis de Rosalind Morris sobre la noción de «fetichismo», en Rosalind C. 

Morris y Daniel H. Leonard, The Returns of Fetishism. Charles de Brosses and the Afterlife of an Idea 

(Chicago: Chicago University Press, 2017), 166-179.

47

 Falla, 

Quiché rebelde, 181-182, 185.

48

 En palabras de Ricardo Falla: «Las revelaciones del éxito económico [del comerciante], como 

de la conversión, provienen de una esfera que es “infinitamente…” sin nombre»; ibid.,181. Para 

una visión general de la vasta obra de Rahner, véase a Herbert Vorgrimler, Understanding Karl 

Rahner. An Introduction to His Life and Thought (Nueva York: Crossroad, 1986).

49

 Véase a Claude Levi-Strauss, «The Effectiveness of Symbols», Structural Anthropology (Nueva 

York: Basic Books, 1963), 186-205; y en Introduction to the Work of Marcel Mauss (Londres: 

Routledge, 1987).

50

 No se puede confundir el acercamiento de Quiché rebelde a la realidad simbólica de la conversión, 

con lo que otros trabajos de la antropología norteamericana hicieron bajo el nombre «simbolismo». 

Estas teorías interpretativas tratan de entender «redes de significado práctico» y pasan por alto la 

no correspondencia entre nombre y referente. Véase a Kay Warren, The Simbolism of Subordination. 

Indian Identity in a Guatemalan Town (Austin: University of Texas Press, 1978).