36

U

NIVERSIDAD

 R

AFAEL

 L

ANDÍVAR

V

ICERRECTORÍA

 

DE

 I

NVESTIGACIÓN

 

Y

 P

ROYECCIÓN

Entrega especial Ricardo Falla, S. J.

sobre si Guatemala debía definirse como un país multiétnico, multicultural 
y multilingüístico, San Antonio Ilotenango votó abrumadoramente (89 %) 
que sí, pero la propuesta logró solamente 43 % a nivel nacional (con bajos 
números de participantes en ambos niveles). 

Hay varios procesos de cambio religioso en la situación de posguerra. 
El número de capillas evangélicas ha aumentado de dos a veintiséis. 
Las cofradías en su forma tradicional han perdido fuerza. Sin embargo, 
en enero de 1991, la celebración de la fiesta de San Antonio Ilotenango 
fue organizada conjuntamente por la Acción Católica, la Renovación 
Carismática y las cofradías. Algunos tradicionalistas cuestionan a las 
cofradías como productos del colonialismo y están buscando sus raíces 
mayas, sobre todo en la espiritualidad y en el movimiento de los sacerdotes 
mayas que existen a nivel nacional

29

.

Finalmente, Falla ofrece unas apreciaciones «treinta años más tarde». El 
libro fue leído por mucha gente en Guatemala, estudiantes, y gente de la 
Iglesia, la guerrilla y –se supone– el Ejército y las oenegés de desarrollo. 
Para la gente de San Antonio Ilotenango fue motivo de orgullo, algunos 
guardaron copias bajo la tierra durante los peores años

30

. Fue un acierto, 

dice Falla, «estudiar una comunidad no aislada de influencias externas, sino 
como parte de la nación de Guatemala», y examinar «Guatemala desde 
abajo» y desde el ángulo del poder. También fue un acierto enfocarse sobre 
un tema que interesaba a la gente, los cambios que observaban en la religión. 
Un tercer acierto fue la selección de una comunidad de habla K’iche’ con 
tanta densidad cultural, que pudo ayudar a muchos lectores para entrar «en 
el corazón de los acontecimientos contemporáneos en Guatemala». Este 
estudio de un movimiento de conversión en una comunidad perdida entre 
las montañas y los barrancos va a la raíz de lo que pasó posteriormente y 
cuyos resultados siguen vigentes.

Al enumerar los desaciertos, menciona primero el hecho que de sus 
informantes se limitaban a miembros varones de la Acción Católica, 

29

 ibid., 243-247.

30

 El título, Quiché rebelde, impuesto por la editorial, creó una impresión falsa, ya que la «rebelión» 

fue en contra de las creencias religiosas tradicionales, y durante años los libreros eran reacios a 

venderlo.

37

P

HILLIP

 B

ERRYMAN

 

Z

AHORÍES

COMERCIANTES

 

Y

 

ABONO

 

QUÍMICO

RETRATO

 

DE

 

UN

 

MUNICIPIO

 

INDÍGENA

 

EN

 

CAMBIO

EN

 

Q

UICHÉ

 

REBELDE

Entrega especial Ricardo Falla, S. J.

dejando de lado a los costumbristas, a los evangélicos y a las mujeres, y 
el hecho de que las circunstancias no le permitieron lograr el dominio 
del idioma K’iche’ como para utilizarlo en las entrevistas. No hizo ningún 
análisis del contenido de las creencias religiosas, para ver, por ejemplo, si los 
convertidos retenían un sustrato común con los costumbristas. No pudo 
entrar en lo que ahora se llama la espiritualidad maya. El tercer defecto es 
que el estudio fue desapasionado. Aún no había experimentado la muerte 
interna que menciona en el libro, aunque tenía casi cuarenta años, le faltaba 
la integración de cabeza y corazón

31

.

Al finalizar, Falla lo hace con reflexiones sobre algunas líneas de investigación 
a perseguir: los efectos de la migración y la globalización, la situación de 
los jóvenes, con perspectiva de género; el empleo en maquiladoras de las 
jóvenes; la situación de las poblaciones indígenas urbanizadas no solo en la 
capital, sino en Quetzaltenango y otras ciudades del interior; y también en 
el exterior, por ejemplo, los Q’anjob’al en Los Ángeles, Estados Unidos. La 
tercera línea sería, cómo lograr que Guatemala sea una nación multiétnica, 
multicultural y multilingüe

32

.

Apreciaciones finales personales

La relectura de Quiché rebelde me recuerda cómo veía a Ricardo en los años 
setenta, cuando vivíamos con mi esposa en Guatemala como representantes 
de American Friends Service Committee, una organización de paz de 
inspiración cuáquera

33

. Participábamos en el equipo de Vivienda Popular, un 

proyecto posterremoto en San Juan Comalapa, Chimaltenango. Para ayudar 
a los miembros del equipo de la capital, Ricardo hizo una investigación 
rápida del pueblo. Tal como yo recuerdo, inició su presentación diciendo: 
«Comalapa es un pueblo de comerciantes», y nos hizo ver que abundaban 
pequeños negocios en cada cuadra. Fue algo que la gente que manejaba 
abstracciones como «pequeña burguesía» o «capitalismo», fácilmente 
podría ignorar. Seguramente, él había sido sensibilizado por su estadía en 
San Antonio Ilotenango. Asimismo, recuerdo una reunión nocturna con la 

31

 Falla, 

Quiché rebelde, 248-249

32

 ibid., 249-251.

33

 Real Academia Española (RAE), «cuáquera», acceso el 4 de enero de 2018, http://dle.rae.

es/?w=diccionario