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U
NIVERSIDAD
R
AFAEL
L
ANDÍVAR
V
ICERRECTORÍA
DE
I
NVESTIGACIÓN
Y
P
ROYECCIÓN
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
es “subversivo”, porque hace referencia a documentos que le envió el autor al
señor Ricardo Ramírez de León, conocido en la guerrilla como comandante
Rolando Morán
32
.
El buzón contenía documentos de la Pastoral en las CPR, mismos que
fueron usados por el Ejército para denunciar incluso una supuesta ofensiva
del EGP para tomar el poder en 1993
33
. Ante esto, Falla responde desde
San Salvador en un campo pagado:
El trabajo que yo he venido desempeñando en las CPR es el de la pastoral que
Monseñor Romero llamaba pastoral de acompañamiento. Lo fundamental de esa
pastoral ha sido estar con la población, comer como ella, dormir como ella bajo los
aires y las tormentas, ser perseguido como ella, resistir como ella. Por eso, cuando
nos quemaron las comunidades yo escapé con la gente, en medio de las angustias
de las mujeres; y me tocó, por ejemplo, ayudar a una viuda desesperada que cargaba
un hijo de dos años sobre su carga y a un bebé junto al pecho. Mi sacerdocio en
ese momento fue ayudarla con otra niña de cuatro años que se trababa en el lodo
y con una maleta. Al día siguiente tuvimos una misa, porque era domingo, con
la comunidad que huía bajo la selva. Sobre un nylon en el suelo extendimos el
mantel del altar y al explicar el evangelio recordamos la bienaventuranza: dichosos
los perseguidos, porque de ellos es, ya es, el reino de los cielos. Si esas palabras
son subversivas, bendito evangelio subversivo. Como decía el P. Rutilio Grande,
martirizado entre los cañales de El Salvador, la biblia es el más subversivo de todos
los libros
34
.
Debido a este incidente público Falla debió salir de las CPR. Fue trasladado a
Tocoa, Honduras, donde el cura Ismael Moreno tomaría su lugar en Ixcán
35
.
Lo que la Centroamérica de la posguerra tuvo en común fue la enorme
incertidumbre en los horizontes rectores de la lucha de emancipación social.
Los grandes discursos revolucionarios, la toma del poder, el socialismo,
todos parecían ahora cuentos de hadas ante el regreso al discurso normativo
del Estado, los Acuerdos de Paz, las cuotas de poder en redistribución y
el triunfo histórico del capitalismo en su modus de expansión mercantil
32
«Masacres de la Selva es un libro subversivo», Prensa Libre, 17 de diciembre de 1992.
33
«Los documentos secretos del EGP. El Ejército intercepta un presunto plan de la guerrilla para
tomar el poder en 1993», Revista Crónica, enero de 1993.
34
Ricardo Falla, S. J., «Carta del padre Ricardo Falla al pueblo de Guatemala», La Hora, 25 de
enero de 1993.
35
Ricardo Falla, «Cómo se define un intelectual», en Cuadros sueltos que prefiguran el siglo XXI.
Honduras, 1993-2001, vol. 2, colección Al atardecer de la vida... (Guatemala: Avancso, URL,
Edusac, 2014), 448.
443
S
ERGIO
P
ALENCIA
R
ETROSPECTIVA
EN
LA
OBRA
DE
R
ICARDO
F
ALLA
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
contrario al Estado como planificador y mediador social. La explicación
de totalidad y transformación social cae en descrédito y desuso, el mensaje
posestructuralista privilegia las particularidades por encima de cualquier
metadiscurso. Así como este momento del capitalismo –llamado por
muchos neoliberalismo– tenía como característica la disgregación de
espacios sociales, nacionales, así también la práctica social de emancipación
inició un periodo de crisis y separación. En Honduras, Falla dirige más
adelante el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC),
probablemente el esfuerzo crítico más parecido a lo que en su momento
fue el Ciasca en los años setenta. No fue un periodo fácil.
La lógica de síntesis de las luchas del siglo XX se derrumbaba y
emergían múltiples sujetos colectivos, a veces resguardados dentro de
la interpretación liberal de la sociedad plural regida por el Estado, otras
en contradicción abierta y sin reconciliación. Este es el periodo con el
cual Falla se topa en Honduras. ¿Cómo luchar y tener un norte desde
una sociedad donde se convierte cada espacio de reproducción social en
esferas mercantiles de producción de valor? En el autor es de nuevo lo
que llama el acompañamiento a los pobres. Comienza un tipo de trabajo
distinto en Falla: específico, en problemáticas concretas, enfocado en lo
que enfrentaban las mujeres en las maquilas, las comunidades campesinas
Ch’orti’ o mestizas, la creciente ola de migración al norte y la nueva ola de
transformación agraria de monocultivos de exportación. No es casualidad
que su trabajo esté más enfocado en pequeños y puntuales análisis en
periódicos como El Heraldo, Tiempo, A mecate corto, y en Radio Progreso.
Este conjunto de trabajos tienen mayor parecido a los que elaboró entre
1970 y 1974 en varios aspectos: breves y hasta técnicos, particularistas, por
cápsulas, no englobantes, pero sí continuos.
El título de su compilación en 2014 lo dice todo: Cuadros sueltos que prefiguran
el siglo XXI. Es una técnica de quien no ve horizonte más amplio ante la
neblina histórica de la caída de las grandes revoluciones, desde un silencio
de la utopía recién peleada en Ixcán y llevada a cuestas como tanteo: andar
tocando las piedras hacia el frente, sin mucha perspectiva de futuro; pero,
por eso mismo, cauta en lo que se dice y más bien descriptiva de lo que se
va dando. Exploratoria, de nuevo viendo la teoría como elemento técnico
de referencia, no creativa en sí misma, con la ambivalencia que dicha