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U
NIVERSIDAD
R
AFAEL
L
ANDÍVAR
V
ICERRECTORÍA
DE
I
NVESTIGACIÓN
Y
P
ROYECCIÓN
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
Playa Grande y escapa en la selva insultando a los oficiales, el encarcelado
que es iluminado misteriosamente por un aura en la bartolina.
Siendo su modelo el evangelista Marcos –su propio nom de guerre en la
selva–, la descripción detallada de las masacres y las violaciones de mujeres
por soldados son puestas en el misterio de la oscura luz de la historia del
pueblo guatemalteco. Solo una ciencia social que no edulcora el sufrimiento
humano es capaz de abrir la posibilidad de cambiar la sociedad
27
. Esta
tensión es la que hace de Masacres de la selva tanto un recuento de la masacre
como un evangelio, material desdoblado. Empero la fuerza de denuncia en
este libro está integrada desde el silencio de los ixcanecos organizados en
la revolución. Si mantenemos el símil de la tradición cristiana, lo que el
libro El campesino indígena se levanta es al Jesús histórico en Marcos, Masacres
de la selva lo es al Señor divino en Juan
28
. No desdibuja esto la retrospectiva
de una experiencia, pero la lee con los ojos desilusionados de un proyecto
revolucionario diez años después.
Ya no es el indígena en levantamiento revolucionario del cual habla en
Martirio y lucha, sino el pueblo sufriente ante el castigo colectivo del Estado
guatemalteco, como nuevo sanedrín y templo que deja en silencio tanto
al movimiento zelota como al Imperio romano. Es un tiempo distinto de
la guerra donde ya no se encuentra rumbo para la revolución socialista
y se piensa en terminar la guerra. Las mismas CPR se afirman como
población civil, la guerrilla y el Gobierno promueven los Acuerdos de Paz
y la Comisión de la Verdad, la historia de la guerra es entendida como
27
«La conciencia desgraciada no es presunción ofuscada del espíritu; por el contrario le es
inherente, la única dignidad que recibió al separarse del cuerpo. Ella le recuerda negativamente
su componente somática. Sólo porque el espíritu es capaz de ella, puede conservar alguna
esperanza. La más mínima huella de sufrimiento absurdo en el mundo en que vivimos
desmiente toda la filosofía de la identidad. Lo que ésta intenta es disuadir a la experiencia de
que existe el dolor. “Mientras haya un solo mendigo, seguirá existiendo el mito”»: la filosofía
de la identidad es mitología en forma de pensamiento. La componente somática recuerda al
conocimiento que el dolor no debe ser, que debe cambiar. «Padecer es algo perecedero. Es
el punto en que convergen lo específicamente materialista y lo crítico, la praxis que cambia la
sociedad»; Theodor W. Adorno, Dialéctica negativa (Madrid: Taurus, 1975), 203-204.
28
Recientes estudios como el de Reza Aslan abren perspectivas históricas de las confrontaciones
del primer cristianismo sobre quién era Jesús. Aslan reconstruye las rebeliones y mesías de los
primeros treinta años del siglo I, el asesinato del sumo sacerdote y la expulsión de los romanos
de Jerusalén en el año 70. El carácter revolucionario, incluso armado, en el cual Jesús de Nazaret
creció es opacado en los textos posteriores a la destrucción de Jerusalén en la campaña de sitio
del Ejército romano. Véase: Reza Aslan, Zealot: The Life and Times of Jesus of Nazareth (Estados
Unidos: Random House, 2013), 336.
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S
ERGIO
P
ALENCIA
R
ETROSPECTIVA
EN
LA
OBRA
DE
R
ICARDO
F
ALLA
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
conflicto armado interno y se cambia el vocabulario revolucionario por
el de derechos humanos. De estas raíces surgirá la tónica de la Remhi y
la CEH. Individuos y pueblos ya han sufrido la devastación de 1981 a
1983, han participado en las patrullas civiles, un estricto control estatal
se generaliza en el altiplano otrora rebelde y el dolor por la muerte de
parientes cercanos –o incluso la colaboración en dichos asesinatos– aleja e
intimida a las personas para hablar de su papel en la guerra.
Este momento de la historia guatemalteca es el que se absolutiza por el
sociólogo francés Yvon Le Bot con la idea de entre deux feux
29
y por el
antropólogo estadounidense David Stoll con su in-between position
30
, en sus
publicaciones de 1992 y 1993. Esta interpretación de la guerra se generaliza
en Guatemala como población entre dos fuegos, de las víctimas de dos
ideologías foráneas a los pueblos, puntos todos ellos que no examinan
más profundamente las complejidades de la historia de Guatemala en
la Centroamérica revolucionaria. En Masacres de la selva hay silencio de
la actuación guerrillera, su objetivo era la denuncia. Este se romperá al
publicar los libros madre de Ixcán, en 2015 y 2016. Coincide esta publicación
con el robo de documentos de la Pastoral ixcaneca por parte del Ejército.
Falla es acusado de ser mando guerrillero. Todo este es un periodo intenso
de menos de un año. Apenas el 5 de noviembre de 1992, Masacres de la selva
se presentaba en la antigua Facultad de Derecho de la Universidad de San
Carlos (USAC). El rector Alfonso Fuentes Soria hizo entrega del libro al
cura jesuita Jorge Toruño en representación de Falla
31
.
Por su parte, el Ejército de Guatemala lanza operativos sobre el área
de las CPR de Ixcán el 29 de noviembre del mismo año. Durante esta
incursión quema ranchos vacíos de la población y descubre un buzón
oculto en la montaña. Días después, las autoridades castrenses convocan
a los diversos medios:
El Ministro de la Defensa, general José Domingo García Samayoa, dijo ayer en
conferencia de prensa que el libro Masacres de la Selva escrito por Ricardo Falla
29
Yvon Le Bot, La guerre en terre maya. Communauté, violence et modernité au Guatemala, 1970-1992
(París: Éditions Karthala, 1992), 336.
30
David Stoll, Between two armies in the Ixil towns of Guatemala (Nueva York: Columbia University
Press, 1993), 139.
31
Fernando Poroj, «La nueva obra de Ricardo Falla», Revista Domingo, Prensa Libre, 8 de noviembre
de 1992.