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U
NIVERSIDAD
R
AFAEL
L
ANDÍVAR
V
ICERRECTORÍA
DE
I
NVESTIGACIÓN
Y
P
ROYECCIÓN
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
La importancia de estos trabajos de finales de 1982 y mediados de 1983 es
que son el primer intento por sistematizar la ofensiva de exterminio utilizada por el
Ejército de Guatemala en sus distintas modalidades, movimientos regionales,
sucesión de planes centralizados y reconcentración poblacional. En parte
son la raíz de la concepción de la guerra en Guatemala como genocidio.
Esto contrasta con el poco e incluso nulo uso de estas fuentes como
pruebas y antecedentes en los juicios contra militares en las décadas de
2000 y 2010.
En su momento, el grupo de trabajo en torno a Genocidio en Guatemala tuvo
como fin la denuncia y la autoconsciencia social de la devastación. Es en
la gira de Chiapas donde Falla encuentra contactos para retomar el Plan
Grande de acompañamiento pastoral. Se concreta pocos meses después
la entrada a la selva de Ixcán de un sacerdote Kaqchikel, precursor eclesial
en la resistencia. Será en septiembre de 1983 cuando finalmente Falla, una
enfermera alemana y un seminarista Kaqchikel llamado Walter Yos Muxtay,
de Patzún, entran al terreno de guerra de Ixcán. Allí se encontrarán con el
sacerdote Kaqchikel que previamente había ingresado a la selva.
Serán cinco intensos meses para Falla en la montaña y en el refugio
clandestino, recopilando en cuadernos la historia del pueblo indígena
que colonizó la selva. El cura y el seminarista Kaqchikel todavía pasarán
algunos meses más en un momento crítico de persecución y hambre. Falla
retorna a la ciudad de México donde inicia dos años de ordenamiento,
catalogación, clasificación y escritura de la historia de colonización de
esta selva, la organización revolucionaria y las grandes masacres de 1982.
Pensado como una trilogía que terminaría con el inicio propiamente de las
Comunidades de Población en Resistencia (CPR). Después de Quiché rebelde
es este el proyecto de mayor aliento en la obra de Ricardo Falla. Es a su
vez, un nuevo momento de praxis. Originalmente, el primer volumen –de
casi seiscientas páginas– se llamó indistintamente Revolución en el Ixcán o El
campesino se levanta. Asimismo, el segundo volumen –de setecientas páginas–
llevó por título Grandes masacres. En sus publicaciones de los años 2015 y
2016, el autor decide nombrarlos Ixcán: El campesino indígena se levanta, 1966-
1982 e Ixcán: Masacres y sobrevivencia, 1982.
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S
ERGIO
P
ALENCIA
R
ETROSPECTIVA
EN
LA
OBRA
DE
R
ICARDO
F
ALLA
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
El proyectado tercer volumen nunca lo realiza, la resistencia en Ixcán deja
de ser escritura y se convierte en acompañamiento concreto en la selva entre
los años 1987 y 1992. Falla recién había cumplido 55 años cuando retorna
a las CPR. Serían años también dolorosos donde muchos amigos, amigas
y compañeros cercanos morirían asesinados por las fuerzas armadas de
Guatemala y El Salvador. Fernando Hoyos muere en un cerco patrullero
en 1982, el seminarista Walter Yos es desaparecido al salir de tramitar su
pasaporte en 1985, Ellacuría y cinco hermanos jesuitas son fulminados por
el Batallón Atlacatl en 1989, Myrna Mack es asesinada en 1990. Pareciera
como si la Oración a Ellacuría fuese también el clamor por el colectivo sin
fronteras que muere en aras del nuevo mundo:
Ellacu, te dejaron acostado para siempre junto a tus hermanos. Fuiste el líder de
ellos. Los arrastraste hasta la muerte. Allí tienes a los tuyos, siempre fieles. Allí los
tienes, dóciles, siguiéndote hasta el final, dispuestos a no dejarte, aunque a veces eras
muy exigente con ellos. No moriste solo. Moriste en comunidad. No se equivocaron
los enemigos. Tú no eras solo. Eras con los tuyos. Sin ellos no eras nadie
25
.
En este mundo se mueve Falla, en los umbrales de la posibilidad y la
realidad histórica. Pareciera que tiene un disgusto por la teoría recitada y,
al menos en ese momento, por el aire acondicionado de las universidades.
Durante estos años surge en Falla una escritura por la cual será conocido
también: espesa, fría hasta el tuétano, aterradora, de choque. Pero esta
característica no es construcción literaria, sino espejo de una realidad
violentísima de la cual fue testigo o recibió testimonio. Se cumplían
quinientos años de la invasión española en 1992, cuando Falla escribe un
libro por el cual finalmente daría a conocer al mundo la barbarie sobre la
cual se construye el capital guatemalteco: Masacres de la selva
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, libro denso
donde en poco más de doscientas páginas se concentra la metodología de
la muerte usada por el Ejército de Guatemala. El hilo conductor son los
testimonios recogidos en Ixcán entre finales 1983 y principios de 1984.
Empero, no es un libro lineal, se pueden leer pequeñas esferas de liberación
a contrapelo: el testigo de Cuarto Pueblo que sobrevive picado por un
ejército de hormigas, el hombre que observa a los caníbales de la base de
25
Ricardo Falla, «Oración a Ellacuría», Revista Diakonia, núm. 53 (1990): 94.
26
Ricardo Falla, Masacres de la selva, Ixcán, Guatemala, 1975-1982, Colección 500 años, vol. 1
(Guatemala: Editorial Universitaria, 1992).