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NIVERSIDAD
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AFAEL
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ANDÍVAR
V
ICERRECTORÍA
DE
I
NVESTIGACIÓN
Y
P
ROYECCIÓN
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
y guatemalteco lanzan campañas contrainsurgentes en Chalatenango,
Ciudad de Guatemala, Huehuetenango y Chimaltenango para finales
de 1980 y mediados de 1981. Aún no se producía la campaña de tierra
arrasada de fines de ese año, dirigida por el Estado Mayor del Ejército
al mando del general Benedicto Lucas García, tampoco la invasión de
Morazán comandada por el teniente coronel Domingo Monterrosa. Varios
jesuitas del Ciasca, en ese mismo momento, trabajan con «apoyo crítico»
en la Nicaragua sandinista. Como parte de su colaboración con el Centro
de Investigación y Estudios de la Reforma Agraria (Ciera), Falla estudia
los orígenes de las primeras bandas contrarrevolucionarias en el campo
nicaragüense. La revolución social se vivía en un momento de cresta o
flujo. Las olas de las masacres sistemáticas en El Mozote, Morazán, o en
Comalapa, Chimaltenango, aún no llegaban a la Nicaragua inmersa en el
Año de la Alfabetización y la Reconstrucción.
Falla busca las maneras de retornar a Guatemala como cura en territorio de
guerra pero, también, en un proceso de investigación antropológica. Entre
finales de 1981 e inicios de 1982 consulta con sus compañeros jesuitas
y deciden apoyar la moción de un trabajo pastoral en áreas de guerra,
denominado con el tiempo como Plan Grande por el comandante en jefe del
EGP, Rolando Morán. Previsto inicialmente para Chimaltenango y detenido
por las ofensivas castrenses de 1982, será hasta año y medio después que
se concreta el ingreso de un grupo pastoral en la Resistencia del Quiché. El
Plan Grande se organiza junto al grupo Iglesia Guatemalteca en el Exilio, los
jesuitas y el EGP. En febrero de 1982 se realiza en Granada, Nicaragua, el
Encuentro de Persecución de Cristianos en Centroamérica. Falla sintetiza el
evento bajo el nombre Martirio y lucha, un documento de ciento diez páginas
que recuerda la exposición de crisis y liminalidad en Quiché rebelde e inicia un
tipo de análisis de las historias de vida en la resistencia.
En Guatemala, la ofensiva luquista ya había rediseñado la contrainsurgencia
en una escala nunca antes vista en Centroamérica y, por su carácter masivo,
incluso en Latinoamérica. Decenas de aldeas ya habían sido arrasadas
en Chimaltenango, sur y centro de Quiché, obligando a miles de K’iche’s,
Kaqchikeles e Ixiles a sobrevivir en las montañas. Eran los días previos al
golpe de Estado que llevaría al poder a Ríos Montt y de la continuidad de la
campaña de masacres en Ixcán y el norte de Huehuetenango. Falla estudia
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ERGIO
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ALENCIA
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ETROSPECTIVA
EN
LA
OBRA
DE
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ICARDO
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ALLA
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
las noticias que logran salir del cerco militar y las ordena aún en Nicaragua.
Ante la necesidad de conocer de primera mano lo acontecido, Falla sigue el
consejo de un compañero jesuita de visitar los campamentos de refugiados
en la frontera con Chiapas, México. Una característica del trabajo intelectual
en Falla y su grupo de compañeros es la capacidad de decisión para ir al
lugar de los sucesos. En el espíritu de un periodismo de estar presente en el
lugar con la gente, de tocar y ver, pero sin limitarse a una narración lineal o
descriptiva, sino desde la potencia antropológica para hilvanar tendencias
en retrospectiva. De esto tiene mucho que aprender el actual periodismo
de investigación, sumamente presentista, falto de despliegue conceptual,
confundiendo objetividad con equilibrio de posiciones.
La gira por las aldeas se realiza desde las redes eclesiales chiapanecas, en
ocasiones acompañando a las comitivas donde participa el obispo Samuel
Ruiz. Todo esto en septiembre de 1982. Fruto de esta visita, Falla escribe
el ensayo Masacre de la finca San Francisco
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y el trabajo pionero Genocidio en
Guatemala
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. El primer trabajo es presentado en un seminario de la Reunión
anual de la American Anthropological Association, el 4 de diciembre de
1982; el segundo, en el Tribunal Permanente de los Pueblos, el 28 de enero
de 1983. Ambos son precedentes metodológicos de la Recuperación de
la Memoria Histórica (Remhi) y de la Comisión para el Esclarecimiento
Histórico (CEH), pero aún envueltos del aura de ver en la muerte la
posibilidad de la lucha. Meses después, en julio de 1983, Falla presenta
el informe titulado Del hambre y otras privaciones
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al relator de las Naciones
Unidas, vizconde de Colville. A partir de casos recopilados en Patzún,
Chimaltenango y las Verapaces, el autor explica cómo las campañas
militares tienen como estrategia también la destrucción de viviendas y
cultivos, robo de ganado y maíz. De los tres ensayos, solamente Genocidio
en Guatemala coteja las campañas contrainsurgentes con la aplicación del
delito internacional.
22
Ricardo Falla, Masacre de la finca San Francisco. Huehuetenango, Guatemala. 17 de julio 1982
(Copenhague: IWGIA / Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas, 1983), 117.
23
Ricardo Falla, «Genocidio en Guatemala», en Tribunal permanente de los pueblos. Sesión Guatemala:
Madrid, 27 al 31 de enero 1983, ed. por Tribunal Permanente de los Pueblos (España: Iepala, 1984).
24
Ricardo Falla, «Struggle for Survival in the Mountains: Hunger and Other Privations inflected
on Internal Refugees from the Central Highlands», en Harvest of Violence. The Mayan Indians and
the Guatemalan Crisis, comp. por Robert Carmack (Oklahoma: University of Oklahoma Press,
1988), 334.