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U
NIVERSIDAD
R
AFAEL
L
ANDÍVAR
V
ICERRECTORÍA
DE
I
NVESTIGACIÓN
Y
P
ROYECCIÓN
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
Hace poco escribí este librito, citado anteriormente. Pero la preocupación
por la comprensión de la mentalidad maya K’iche’ me viene desde el
origen del estudio de la antropología. En Innsbruck, al estudiar teología,
me topé con una traducción alemana con el texto en K’iche’, hecha por
Schultze-Jena
13
, y me empatiné hasta hacer la tesina sobre la imagen de
Dios en el Popol Wuj. Fue el origen para que buscara a la antropología
como auxiliar en el entendimiento de la mentalidad no occidental. Pero
me quedó la desazón de que yo había metido en el Popol Wuj los conceptos
cristianos que tenía en mi cabeza y que eran esos mismos conceptos los
que había descubierto. En efecto, no fue sino cuando fui a Ilocab cuando
empecé a barruntar las diferencias de los K’iche’ vivos, su organización
social y su espiritualidad, con la nuestra y con mis ideas de Dios. O sea
que la preocupación por entender la religiosidad maya, la religiosidad de
esta otra cultura que nos inunda, estuvo en el comienzo de este camino
de vida en la investigación religiosa.
Murió Luis Enrique Sam Colop, un K’iche’ del municipio de Cantel,
Quetzaltenango, que tradujo al castellano el Popol Wuj con notas muy
eruditas en 2008
14
. A él le pidieron, antes de morir, un taller para agentes
mayas de pastoral. A defecto de Luis Enrique, me agarraron como sustituto
y de allí resultó el esfuerzo de poner en un libro lo que se conoce del
Popol Wuj hasta el momento, en forma resumida, e interpretarlo, como
decía don Samuel Ruiz para el estudio de la Biblia, con un ojo en el texto
inspirado y otro ojo en la realidad. Tenía bastante material, porque en el
pueblo donde resido, Santa María Chiquimula, un pueblo 99 % K’iche’,
tuvimos un taller sobre el Popol Wuj con un grupo de maestros y maestras,
algo desordenado y poco sistemático, que iba buscando su temática de
acontecimientos nacionales, para iluminarlos con el Popol Wuj. Por ejemplo,
si tenemos una consulta popular sobre proyectos trasnacionales, ¿qué nos
dice el Popol Wuj de la forma como se llega a la decisión a través de la
consulta? Y nos íbamos a los dioses que viajan desde los cuatro puntos
cardinales, separados por distancias infinitas, a conferir sus conocimientos
para encontrar lo que tanto les angustiaba, porque ya llevaban tres fracasos,
que era, qué debía entrar en el ser humano para que pudiera agradecer a los
creadores y formadores. Consulta para encontrar el maíz.
13
Leonhard Schultze-Jena, Popol Vuh. Das heilige Buch der Quiché-Indianer von Guatemala
(Stuttgart-Berlín: Kohlhammer, 1944).
14
Luis Enrique Sam Colop, Popol Wuj. Traducción y notas (Guatemala: Cholsamaj, 2008).
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R
ICARDO
F
ALLA
, S. J.
C
AMINO
DE
VIDA
EN
LA
INVESTIGACIÓN
DEL
HECHO
RELIGIOSO
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
Sé que este método puede llevar al peligro en que caí al principio de
sacar lo que meto, pero este es un riesgo permanente, el riesgo que lleva
la interculturalidad. La multiculturalidad exagerada o multiculturalismo
supone una distancia cuasi infranqueable de una cultura a otra y nos lleva
al aislacionismo. La interculturalidad hace hablar a las culturas entre sí.
Entonces, comencé con el Popol Wuj por sus comienzos. Por los nombres
de los dioses. No me detuve mucho allí, porque puede ser un laberinto
donde uno se pierde, si uno no conoce bien las referencias sociales e
históricas que corresponden a ellos. Yo no las conozco bien, estoy atrasado
en la arqueología. Solo por etimologías, puede uno desviarse. Entonces,
pasé a la creación, especialmente al método que sigue el Popol Wuj para
hacernos experimentar ESO innombrable que solemos llamar Dios (he
allí otro obstáculo, usar un vocablo castellano con una innumerable serie
de connotaciones) y que el Popol Wuj llama de muchas maneras: Corazón
del Cielo y Corazón del Mar. El método consiste en experimentar la nada,
antes de experimentar al que saca a las criaturas de ella.
Para ello, el libro sagrado comienza quitando los objetos criados en una
enumeración sistemática desde la gente, el animal y el pájaro, el pez y el
cangrejo, hasta el árbol y la piedra, la cueva y el barranco, el pajón y el
bosque. Un ejercicio de imaginación que nos lleva a un silencio completo y
a una oscuridad absoluta. Pero el Popol Wuj no quita el cielo, que está vacío,
y sobre todo no quita el mar, que, sin embargo, está en absoluta calma
y sin ningún ser concreto que lo habite. Allí es donde uno o una puede
detenerse para experimentar la nada. No hay objetos, pero sí hay mar y sí
hay cielo, pero ellos no neutralizan la experiencia de que un día nada existió
y que todo estaba en calma, en silencio y en oscuridad.
Entonces, ¿cómo se interpreta la nada, si hay mar? Ordinariamente, los
intérpretes bíblicos suelen aquí agarrarse de que los dioses que van a surgir
de este tipo de concepción son limitados, porque les preexiste una realidad
que es el caos o como se llame a ese mar original, representado por algún
monstruo horrible. Muchos desprecian la concepción primitiva. En el
librito que escribí trato de mostrar que en esta concepción maya K’iche’
hay algo muy profundo y es que de esa nada surge la tierra, lo cual quiere
decir que hay una semilla en esa nada, no una semilla localmente ubicada