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U
NIVERSIDAD
R
AFAEL
L
ANDÍVAR
V
ICERRECTORÍA
DE
I
NVESTIGACIÓN
Y
P
ROYECCIÓN
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
y que son los principales protagonistas de la Acción Católica. Se distinguen
de los comerciantes locales («los de aquí») que compran y venden en San
Antonio Ilotenango o en otros pueblos cercanos.
Los orígenes del fenómeno se remontan hacia la década de los treinta,
cuando muchos iban a la costa del Pacífico durante la cosecha, endeudados
crónicamente con los contratistas. Con la cancelación de las deudas bajo
el gobierno de Ubico (1934), quedaron liberados de dichas obligaciones y
algunos comenzaron a vender comestibles a los trabajadores de las fincas.
Inicialmente, iban cargando artículos en burros durante varios días, por
ejemplo hasta Cobán, regresando con chiles. Alrededor de los cincuenta, la
extensión de caminos, de camiones y servicios de camionetas les permitían
extender su radio de operaciones aún más. En 1970, Falla saca una lista de
196 de estos comerciantes de fuera, incluyendo sesenta o setenta, cuyos
negocios principales estaban en la Ciudad de Guatemala.
El nivel de éxito económico entre estos comerciantes varía enormemente:
hay doce, cuyos capitales superan los cinco mil quetzales; la gran mayoría
(156) tiene menos de quinientos quetzales. Los comerciantes más pudientes
pueden comprar grandes extensiones de tierra (460 cuerdas en promedio)
y vehículos (1.5 en promedio). Los que poseen camiones pueden volverse
mayoristas, vendiendo artículos como sal o jabón a los detallistas locales.
Algunos también venden fertilizantes, comprados del distribuidor a crédito
y usando el camión como garantía
7
.
El movimiento de Acción Católica llegó a San Antonio Ilotenango
alrededor de 1948, a través de unos comerciantes y se extendió entre ellos.
Por el hecho de pasar mucho tiempo fuera del municipio, los comerciantes
no tenían disponibilidad para aceptar y cumplir con los cargos de las
cofradías, los cuales requieren estar presentes en el pueblo. Además, por
pasar tiempo en el mundo de los ladinos, los comerciantes lograron cierto
distanciamiento de la cultura local y estaban más dispuestos a cuestionarla.
7
Falla, Quiché rebelde, 155-167.
25
P
HILLIP
B
ERRYMAN
Z
AHORÍES
,
COMERCIANTES
Y
ABONO
QUÍMICO
:
RETRATO
DE
UN
MUNICIPIO
INDÍGENA
EN
CAMBIO
,
EN
Q
UICHÉ
REBELDE
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
Retrato de San Antonio Ilotenango
El segundo capítulo de Quiché rebelde ofrece una etnografía del municipio del
tipo clásico que comienza por la ubicación física y sigue con la economía,
y las estructuras sociales a nivel del hogar, cantón y municipio, y luego,
las estructuras tradicionales del sistema de las cofradías que ya comienza
a debilitarse. Todo eso sirve de base para entender el fenómeno de la
conversión religiosa.
En términos económicos, la mayoría de la gente vive de la agricultura,
cultivando maíz, frijoles, habas, chayote y chilacayotes. El promedio de
tierra por familia es alrededor de veinte cuerdas (unidades de veinticinco
por veinticinco metros), con grandes variaciones (desde dos o tres, hasta
más de cien). También crían marranos, pollos y pavos.
Con la adopción del abono químico, la producción por unidad de tierra se
ha duplicado, aliviando en parte el hambre que se daba anteriormente en
los meses antes de la cosecha. Un porcentaje significativo de los adultos
sigue bajando a la costa para trabajar en la cosecha de algodón hacia finales
del año, donde se les paga como promedio setenta y dos centavos de
quetzal por día; otros van a trabajar a las salineras de la costa
8
. Falla ofrece
un inventario de oficios que se practican además del de agricultor:
Hay (…) 57 barberos, 42 tejedores de bandas y chamarras, 24 que trenzan hilo de
lana, 35 sastres de camisas y pantalones, 5 joyeros, 25 aserraderos, 25 albañiles,
20 fabricantes de teja, 22 carpinteros, 25 cuxeros (fabricantes de aguardiente
clandestino), 14 fresqueros, 11 dueños de molino de nixtamal (masa de maíz),
12 carniceros, en su mayoría, ladinos, 6 pescadores, 8 panificadores, 4 curanderos,
18 marimbistas, 11 candeleros, 6 contratistas y 8 choferes. Hay que añadir aquí los
58 Zahorines o chimanes. Muchos de estos oficios se practican en cierto tiempo o
días del año y se combinan con el trabajo del campo. Entre los oficios nuevos, que
no existían hace 25 años, están los siguientes: carnicero, molinero, cuxero, sastre,
barbero, joyero, curandero, chofer y ayudante de chofer
9
.
El nivel de consumo ha aumentado en comparación con hace veinte o
treinta años. El consumo en ropa se ha incrementado y los varones en
particular se visten más al estilo ladino, pero conservan su identidad
8
ibid., 81-83.
9
ibid., 87.