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U
NIVERSIDAD
R
AFAEL
L
ANDÍVAR
V
ICERRECTORÍA
DE
I
NVESTIGACIÓN
Y
P
ROYECCIÓN
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
de Myrna Mack. En el rostro de esta mujer ir viendo el rostro materno de
Dios. También su trabajo en el Centro de Investigación y Acción Social
de la Compañía de Jesús para Centroamérica (Ciasca) y su célebre escrito
«Juan el gordo». Es un artículo que nosotros leíamos como una parábola
y muestra fehaciente de un cariño trinitario, Juan para nosotros era Juan
Hernández Pico, el gordo era el apodo de César Jerez y firmado por Falla.
Decíamos, tenemos la trilogía de guatemaltecos que han mostrado un amor
a Guatemala y desde ahí al mundo. También apodábamos a Falla como el
hijo de Sánchez, recordando a los hijos de Sánchez de Oscar Lewis, y su
teoría sobre la antropología y la pobreza. En ese sentido, varios de sus
escritos, antes de ser leídos, fueron contados.
El antropólogo
El 23 de febrero de 1931, Marcel Mauss daba su lección inaugural en el
Colegio de Francia. Su discurso recordaba la manera de trabajar y pensar
la ciencia social: como ciencia interdisciplinaria y comprometida. Esta
ciencia buscaba legitimar el estudio científico de los hechos sociales. Más
aún, la dignidad del reino social implica y conlleva la dignidad del reino
humano bajo la mano de la verdad, de alguna manera decía él, es unir
poesía con pasión.
Mauss nos decía: «cuando una ciencia hace progreso, solo lo hace en el sentido
de lo concreto y siempre en el sentido de lo desconocido, lo desconocido
se encuentra en las fronteras de las ciencias (citando a Goethe), ese lugar
donde los profesores se devoran entre ellos». Mauss mantenía el diálogo y
cercanía entre la sociología y la etnología como antropología cultural social.
Se estaba buscando fundamentar la antropología como ciencia.
Claude Lévi-Strauss tiene una frase sugerente en este camino de la ciencia
antropológica: «quien dice hombre dice lenguaje, quien dice lenguaje dice
sociedad». El lenguaje implica institución, lo mismo que la sociedad. El
lenguaje tiene ahora muchas ciencias y la sociedad tiene instituciones que
buscan los nexos, lazos y relaciones posibles entre los seres humanos.
Digamos que la antropología trata de explicar al ser humano explicando las
culturas, y lo hace rastreando la respuesta en la humanidad entera, concreta
y dispersa por todos los tiempos y lugares. Una humanidad que construye
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E
DUARDO
V
ALDÉS
, S. J.
R
ICARDO
F
ALLA
, S. J.,
EL
POETA
DE
LA
ANTROPOLOGÍA
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
formas tecnológicas y organizativas de la vida humana en la historia, a eso
algunos lo llaman civilización. Sociedad alude a una característica común
a todos los seres vivos donde lo «social» se puede referir tanto al mundo
animal (natural) como al mundo humano. Cuando esta relación se resuelve
de un modo novedoso, estamos para algunos ante la cultura. Así en la
humanidad, la vida social se da dialécticamente articulada con la cultura.
El lenguaje nos pone ante los signos, es decir, se inaugura el pensamiento
simbólico. Ahí tenemos órdenes concebidos (los mitos; Popol-Vuh), no ya
vividos, como los sistemas de parentesco, organización social y sistemas
de poder.
Falla, en el camino como antropólogo sabe que uno puede sentirse al
interior de un círculo, pues el investigador, el antropólogo hace parte de la
sociedad que se propone estudiar y juega fuertemente en la elaboración de
sus categorías intelectuales y humanas.
Es lo que la epistemología de la sociología ha planteado. Al abordar el
estudio del conocimiento sociológico o antropológico podríamos decir,
también estamos ante la sociología del conocimiento o la antropología del
conocimiento. Si la sociología o antropología son una ciencia, es decir, un
conjunto de categorías formando una estructura intelectual, esta categoría
y esta estructura son hechos sociales y antropológicos. Falla no rehúye
este conflicto que se hace «conflicto de interpretación», pero colocándolo
no solo en el nivel del conocimiento, sino también del querer: es querer
conocer y conocer ese querer. Estamos ante el amor. No solo subjetividad
y objetividad, sino también constataciones y valorizaciones.
Un teórico de la epistemología de la sociología (por ende, de la antropología)
habla de la conciencia efectiva y la conciencia máxima posible, es decir, el
máximo de conocimiento adecuado a la realidad que pueden comportar y
conllevan los procesos y estructuras estudiadas, máximo que nos parece
ser un instrumento conceptual de primer orden para la comprensión de la
realidad. Sin obviar el doble objetivo de la epistemología de estas ciencias
humanas: el análisis de una forma de conocimiento y los mecanismos o las
condiciones de posibilidad de este conocimiento. Falla añade o presenta
tres inicios a esta ciencia: la admiración, la indignación y el sufrimiento.