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U

NIVERSIDAD

 R

AFAEL

 L

ANDÍVAR

V

ICERRECTORÍA

 

DE

 I

NVESTIGACIÓN

 

Y

 P

ROYECCIÓN

Entrega especial Ricardo Falla, S. J.

con su papá que es quien puede endeudarse y conseguir el dinero necesario 
para el coyote y el viaje. Solo después comunica a su esposa los hechos 
consumados y trata de consolarla con una falsa promesa de que estará 
poco tiempo en el norte. El dinero de las remesas viene normalmente a 
nombre de su papá y su esposa recibe ese dinero de manos de su suegro. 

La experiencia de la migración y el poder de las remesas refuerzan en 
el joven una conciencia de superioridad que se traduce en órdenes para 
encauzar la vida de su esposa. En el fondo la trata como a una hija. Falla 
analiza, sin embargo, con sutileza, que de todos modos la ausencia del 
esposo unida a la libertad de acción que le dan las remesas contribuyen 
paradójicamente a la liberación de la mujer. Y aunque el control social sobre 
ella en la comunidad es fuerte a través del mecanismo de los chismes, el 
ambiente de la comunidad es también más moralmente permisivo, gracias 
a los cambios. Este tipo de paradojas están presentes a todo lo largo del 
libro, como cuando Falla destaca que la mayor libertad de las mujeres con 
estudios causa una mayor esclavitud en las tareas del hogar, en sus hermanas 
sin estudios. Lo verdaderamente importante es que todo el estudio está 
surcado por la preocupación de las relaciones de género entre la juventud.

Y es notable que también en el análisis del mito de los jóvenes héroes 
gemelos, Ricardo descubre, con fina sensibilidad, el papel invisibilizado de 
la madre de los gemelos, Ixkik’. Ella es originaria del reino de las tinieblas, 
Xibalbá. Gracias a ella, los gemelos tienen una herencia tanto del reino 
de la luz como del reino de las tinieblas. Y pueden así usar su herencia 
tenebrosa para vencerla con su herencia luminosa y vencer al reino del 
miedo y de la confusión. Porque Ixkik’, su joven madre, transgredió la 
norma del miedo y así se liberó de la soberbia del poder y se hizo capaz de 
tejer «una alianza libre y amorosa entre pueblos enemigos» a través de su 
unión con una persona del mundo de la luz. Pero además, el conocimiento 
de Xibalbá, que la joven madre Ixkik’ tiene por propia experiencia de vida 
en las tinieblas y que comunica a los gemelos, ayuda a sus dos hijos héroes 
a moverse por Xibalbá con excepcional pericia y a conocer de antemano 
las pruebas a las que iban a ser sometidos. Con todo, Falla descubre que, 
al final, solo los gemelos –¡machistas al fin!– reivindican el triunfo y en su 
machismo cultural dejan en la invisibilidad el aporte de su joven madre.

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J

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 H

ERNÁNDEZ

 P

ICO

, S. J.

C

OMENTARIO

 

DEL

 

LIBRO

J

UVENTUD

 

DE

 

UNA

 

COMUNIDAD

 

MAYA

: I

XCÁN

, G

UATEMALA

Entrega especial Ricardo Falla, S. J.

La quinta constante teórica que actúa también como hilo conductor y 
eje transversal de la investigación de Falla es la importancia que se le da 
a la tierra y, con ella, a la agricultura, como generadora de identidad y 
también como productora de la seguridad alimentaria. Al revés que con 
los otros tres hilos conductores que he extraído de la magnífica madeja 
de colores que es el estudio de Ricardo, este último sí se recoge al final 
de la investigación, no tanto como una conclusión teórica cuanto como 
un desafío. En el fondo, apunta a un factor crucial para la juventud de 
Ixcán: el factor económico. Falla desentraña hábilmente cómo la crisis de 
los precios agrícolas desanima a muchos jóvenes para dedicarse al trabajo 
en las parcelas de sus familias y empuja, entre otros factores, a jóvenes 
de ambos géneros a escoger el camino de los estudios y la profesión o 
el camino de la migración, o empantana a la juventud en el marasmo del 
alcohol y de la droga. Los estudios y la profesión ofrecen el horizonte de 
un sueldo. La migración ofrece el horizonte del salario y la multiplicación 
de los ingresos. El trago y la droga configuran el mayor de los espejismos: 
la consecución de poder y de la subsistencia a través de la violencia y del 
dinero fácil en el asalto y en el robo, a costa de entrar por el camino de la 
destrucción de sus propias vidas.

Falla mantiene el horizonte de la agricultura presente a lo largo de todos los 
estudios de las identidades y las actividades de la juventud. Y en el contexto 
del desafío, estudia el Plan de Atención Social a la Crisis del Café y la 
Conflictividad Agraria. También en este punto del desafío de la agricultura 
toma excepcional importancia la perspectiva de género, cuando el autor 
reclama el derecho de las mujeres a la copropiedad de las parcelas y de 
los lotes urbanos donde están edificadas las viviendas de las familias, todo 
ello registrado actualmente a nombre de los esposos. Recalca Falla que 
una cosa es la perspectiva del acceso de las familias a la tierra y otra la del 
acceso de las mujeres a la tierra. Obviamente la copropiedad lleva consigo 
el derecho a la coparticipación en las asambleas de las cooperativas y en 
las comunitarias. Finalmente, reclama Falla el reconocimiento del valor del 
trabajo femenino en las casas y en las parcelas, a través del cobro de jornales, 
de que el esposo comparta trabajos del hogar o de que se reconozca el 
trabajo de la mujer como aporte sustitutivo de las tareas comunitarias.