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U

NIVERSIDAD

 R

AFAEL

 L

ANDÍVAR

V

ICERRECTORÍA

 

DE

 I

NVESTIGACIÓN

 

Y

 P

ROYECCIÓN

Entrega especial Ricardo Falla, S. J.

juventud indígena, ubicada por la sociedad cerca de lo más bajo de la escala 
de aprecio. Ricardo está a favor de la juventud. Por eso tiene luz suficiente 
para comprender a la juventud como llena de dudas e incertidumbre y 
precisamente por eso como experimentadora, y escribiendo en ambas 
facetas como una especie de parábola de la vida humana. Porque, ¿quién 
que es no duda y quién que es no experimenta? Tal vez se encuentra aquí el 
valor humanista de su estudio, su insobornable humanismo, que descubre 
en la juventud indígena –aquella parte de nuestra población que más puede 
transformarse hoy por el acceso al desarrollo humano– un don vital y unas 
capacidades de renovación de la sociedad guatemalteca; cuya frustración 
acarrearía consigo algo así como el triunfo de la desolación, la conversión 
del presente lleno de esperanza en un futuro pandillero o marero, tributario 
de una parte del planeta dominado por la violencia de los narconegocios, 
una especie de narcoglobo. 

Darle oportunidad a la juventud es una clave de la investigación de Falla. Es 
una de las claves activas que enriquecen la teoría, es decir, la contemplación 
profunda de las relaciones sociales cambiantes, con la preocupación de 
la transformación social. Solo una juventud con oportunidades –parece 
decir Falla– podrá alcanzar lo que él mismo llama la «madurez política», es 
decir, el compromiso ciudadano que permita cambiar para mejorar a las 
comunidades de Ixcán y a este país. Será un compromiso diferente del de 
sus padres, muchos de los cuales se rebelaron contra la injusta desigualdad 
de esta sociedad y resistieron civilmente bajo la selva o se refugiaron 
en México. Será también diferente del compromiso de sus abuelos que 
emigraron de tierra fría a la selva húmeda y caliente de Ixcán. Y eso lo 
dice Falla, ya habitante de la tercera edad, que se autodenomina, con el 
nombre mítico de aquel animal del Popol Vuh, «jabalí blanco», «jabalí del 
cielo (…) blanco era su pelo (…) eran los rayos del sol», tal vez el mismo 
sol y por eso viejo de verdad, que en el texto sagrado maya acepta, sin 
embargo, junto con su anciana esposa, la humilde pizota, consejos de los 
jóvenes héroes gemelos Hunahpú e Ixbalanqué. Como dice en otro lugar, 
las crisis de la juventud y de la ancianidad son parecidas porque les suceden 
a personas que, ambas, carecen ya de poder, las jóvenes porque todavía 
«no ha(n) entrado al sistema de autoridad» y las ancianas «porque ya ha(n) 
salido» de él. Es decir, en la falta de poder, en la debilidad, está la clave de 
la empatía posible entre la ancianidad y la juventud.

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J

UAN

 H

ERNÁNDEZ

 P

ICO

, S. J.

C

OMENTARIO

 

DEL

 

LIBRO

J

UVENTUD

 

DE

 

UNA

 

COMUNIDAD

 

MAYA

: I

XCÁN

, G

UATEMALA

Entrega especial Ricardo Falla, S. J.

Figura 1. Pastoral juvenil de adolescentes en el río Chixoy. 

Fotografía de José Luis González, S. J., Ixcán, 2005.