338

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NVESTIGACIÓN

 

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ROYECCIÓN

Entrega especial Ricardo Falla, S. J.

Los jóvenes siempre son agentes de cambio

Falla inicia y concluye sus obras sobre migración con la sugerencia de que 
los jóvenes están listos para impulsar cambios importantes que tendrán 
un impacto en sus comunidades, haciendo énfasis en su considerable 
potencial para el futuro de Guatemala. Distingue entre estas nacientes y 
a menudo aún no descubiertas promesas de cambio y las acciones de los 
jóvenes en momentos anteriores de la historia de Guatemala, señalando 
que en el actual Ixcán, los cambios son «más sutiles, más inconscientes del 
mismo, más social, nada militar ya, pero imparable y de efectos bastante 
profundos para la sociedad»

12

. La migración, la escolarización y las nuevas 

oportunidades que surgen no solo de estas experiencias, sino también 
de las cambiantes relaciones sociales y políticas, incluyendo el fin del 
conflicto armado, el retorno de refugiados de México, la doble ciudadanía 
de muchos, así como transformaciones menos positivas como la violencia 
juvenil y la cultura de drogas; restringen y facilitan estos cambios. En este 
contexto, Falla identifica las relaciones que contribuyen de manera crítica a 
las nuevas «identidades en formación» de los jóvenes.

El primero de tres conjuntos de relaciones que presenta tiene que ver con 
el surgimiento de amistades y relaciones de pares, muchas de las cuales 
se forman dentro de los contextos educativos que muchos jóvenes han 
aprovechado, a menudo, gracias al apoyo y sacrificio de sus padres. Los 
participantes hablan de enamorarse, de embarazos adolescentes fuera 
del matrimonio y de la monoparentalidad, incluyendo, por ejemplo, las 
experiencias que Alicia narra en detalle. Estas han sido marcadas por  
–y a menudo solo se logran después de– conflictos a veces violentos con 
los padres, en que los jóvenes afirman su independencia de las estructuras 
patriarcales de poder y que, en ocasiones, vienen acompañados de nuevos 
riesgos, como la violencia intrafamiliar o la separación de parejas.

Un segundo conjunto de relaciones se refleja en los reclamos de identidad 
que se encuentran en las narraciones de estos jóvenes migrantes. Ellos 
se identifican dentro y fuera de su origen lingüístico-étnico, así como 
dentro de su ciudadanía única o dual, es decir, como mexicanos y/o 
guatemaltecos, mientras que otros recuerdan la experiencia de ser llamados 

12

 Falla, 

Juventud de una comunidad maya, 390.

339

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JÓVENES

 

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MIGRANTES

 

TRANSNACIONALES

CAPITAL

 

HUMANO

 

Y

 

EL

...

Entrega especial Ricardo Falla, S. J.

y de asumir identidades como «ilegales» o latinos indocumentados en los 
Estados Unidos. Falla señala que para algunos jóvenes estas identidades 
están atravesadas por nuevas identidades profesionales y por identidades 
políticas en formación, para ellos y para otros. Aunque estas últimas pueden 
estar profundamente informadas por los relatos de sus padres y abuelos 
sobre las luchas de poder durante el conflicto armado, ellos mismos están 
comenzando a situarse dentro de luchas políticas y sociales más recientes.

Finalmente, estos jóvenes han experimentado y muchos se han beneficiado 
de lo que algunos describen como las dimensiones más positivas de la 
globalización, es decir, las formas en que han podido establecer y sostener 
redes de relaciones, producto de las migraciones forzadas o voluntarias 
por medio de nuevas tecnologías (ej., teléfonos celulares e internet) y de 
viajes cada vez más generalizados. Estos conjuntos de relaciones afectan 
y son aceptados o rechazados por los jóvenes en diferentes grados, y las 
particularidades de sus experiencias migratorias y retornos a menudo 
restringen estas opciones. No obstante, una de las fortalezas de este 
trabajo es el estilo conversacional y exhaustivo que emplea Falla con sus 
informantes, y la aplicación de su lente interpretativo que a menudo toma 
la historia de un joven y la complementa con la de otro, capturando la 
movilidad implícita en su desarrollo de identidad. Por lo tanto, los que 
con demasiada frecuencia se perciben y representan como roles estáticos 
–ser maya, estudiante o campesino– son representados dentro de una 
variedad de contextos que fomentan la apropiación de algunas formas de 
ser un joven maya y el rechazo de otras. 

Sin embargo, como él mismo lo ha señalado, ninguno de estos libros 
constituye un análisis histórico; los relatos personales y las observaciones 
etnográficas están profundamente arraigadas en el conocimiento y 
las experiencias de Falla con respecto a la historia de Guatemala y, 
específicamente, a las luchas y transiciones del siglo XX. Se anotan los 
momentos clave que ayudan a enmarcar experiencias particulares y se inclu-
yen anexos que contienen mayores detalles cuando se considera pertinente. 
Igualmente, los libros son construcciones locales que profundizan con el 
fin de comprender a los jóvenes guatemaltecos protagonistas, sus vidas 
actuales y sus posibilidades futuras. Como migrantes y transnacionales en 
el proceso de definirse a sí mismos y su mundo, ellos interactúan con los