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U
NIVERSIDAD
R
AFAEL
L
ANDÍVAR
V
ICERRECTORÍA
DE
I
NVESTIGACIÓN
Y
P
ROYECCIÓN
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
por la CONFEREH [sic] (…) Ellas y las no religiosas que asistían nos fueron
transmitiendo sus preocupaciones feministas que fueron cambiando nuestra
mentalidad poco a poco, en cuanto fue posible, dado lo arraigado del patriarcado
en nuestra socialización.
27
Mientras, la síntesis que Ricardo hace del tercer taller en mayo de 1996,
sobre nuestro trabajo con las mujeres constata la energía del momento:
En este taller, como en ninguno de los anteriores, se explicitó el despertar que
estamos testimoniando de las mujeres en Honduras. Es un despertar que parte del
encuentro consigo misma, del desahogo en un espacio de confianza, de la unión
que se experimenta al sentirse en grupo, del acompañamiento sin dependencia (...)
Este cambio va tocando poco a poco al sistema puesto que abre nuevos espacios,
la mujer se va haciendo más visible, cuestiona el machismo al interior de la familia,
toma posturas críticas en la comunidad, lucha contra el conformismo, se dan
cambios en la estructura de la Iglesia, etc.
28
Además, Ricardo en distintos momentos de las memorias se identifica con
las mujeres. Recordando el cuarto taller «Mujer y política en Honduras» en
octubre de 1996, escribe:
Propiamente fuimos 28, contando el bebecito de Eliselda, llamado Walberto, quien
a muchas nos hizo sentir madres (…) La mayoría eran religiosas, como en veces
pasadas, y casi la totalidad mujeres. Solo Roger y Ricardo representaban al género
masculino, pero cuando avanzó el taller ya nos habíamos olvidado los hombres
que éramos varones.
29
Ricardo hizo y dejó hacer que cada paso del taller tuviera una posibilidad
para formarnos. Al principio, solo Ricardo y yo nos reuníamos para
planificar los talleres, pero después se planteó la conformación de un equipo
de planificación, y luego de eso se buscó formalizarlo desde un comité de
Confereh para crear el método de cada taller, acordar los instrumentos
(las preguntas de las encuestas o los enfoques especiales de la historia
de vida). En este coproceso incorporamos un paso de reflexividad en la
metodología: examinar nuestro propio trabajo con mujeres como tema
para asentarnos, cuestionar nuestros prejuicios contra las jóvenes antes
27
Ricardo Falla, «Género y sexo», Tiempo, 12 de mayo de 1995, en Falla, Cuadros sueltos que prefiguran
el siglo XXI, 45.
28
Ricardo Falla, «Actas del 4.
o
Taller de la Mujer, de Confereh, “Mujer y Política”» (conferencia,
Aldea Tres Rosas, Honduras, 21-23 de octubre de 1996).
29
Falla, «Actas del 4.
o
Taller de la Mujer».
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J
ENNIFER
J. C
ASOLO
R
ICARDO
F
ALLA
,
UN
PRISMA
AL
TRÍPTICO
DE
SU
VIDA
:
HACIA
EL
CORAZÓN
DE
LAS
MUJERES
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
de empezar la investigación y revisar cómo nos sentíamos en el proceso
delicado de recoger una historia de vida de una mujer joven: «¿cuál fue
la experiencia que tuvimos al hacer las encuestas con las jóvenes?, ¿fue
algo mecánico?, ¿fue una obligación que cumplíamos o descubrimos algo
especial de vivencia que tal vez no se lograba transmitir en los datos fríos
que aparecían en las encuestas?».
Creo que fue esta apertura a ser cosujeto: investigadora e investigada lo que
alimentaba lo que yo experimenté como la fuerza crítica transformadora del
proceso en este tiempo: cómo entrelazaba la investigación-formación con
un proceso de hermenéutica feminista. Con Ricardo desarrollamos nuestra
capacidad de dejar que los hallazgos de la investigación profundizaran e
hicieran más crítica (feminista) nuestra reflexión teológica. A su vez, esta
reflexión teológica iba informando, formando y transformando el tríptico
de investigación, formación e incidencia de nosotras mismas y de Ricardo.
La metodología asemejaba un fundamento en la práctica de la teología de
la liberación. Se miraba hasta dónde se pudiera entender «la realidad»
30
en
toda su problemática; después se elegía y se estudiaba un texto de la Biblia
entre todas para sacarle el jugo y, por fin, se preguntaba ¿qué lecciones o
pistas nos deja para nuestros días? Ya para el cuarto taller, este proceso
estaba dando frutos, pero fue en el quinto taller cuando las participantes
realmente hicieron el brinco desde una hermenéutica liberadora en general
hacia una hermenéutica liberadora desde, de y para las mujeres. Cito
directamente de la memoria que Ricardo elaboró:
En el taller pasado vimos que el banquete [una fiesta de comida donde todas y todos
están invitados] era una imagen inspiradora de la nueva sociedad y estudiamos siete
rasgos de esa nueva sociedad que aparecían en el banquete. Al llegar a integrar
el aspecto femenino del banquete nos quedamos trabadas. Por eso, intentamos
recoger ese ejercicio de nuevo, teniendo en cuenta que el estudio del corazón de
la mujer joven, de sus aspiraciones y ansias, nos deben descubrir un camino hacia
la nueva sociedad.
30
Reconozco que en los años noventa, en la academia ya se habían levantado los fuertes
debates posestructuralistas sobre si se podía hablar de «la realidad» o si son múltiples, creadas
discursivamente; pero este tipo de cuestionamientos no eran posibles en una Centroamérica al
comienzo de su etapa posterior a las luchas revolucionarias.