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U
NIVERSIDAD
R
AFAEL
L
ANDÍVAR
V
ICERRECTORÍA
DE
I
NVESTIGACIÓN
Y
P
ROYECCIÓN
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
muy poca o nada de experiencia en investigación). Cada taller combinaba
la reflexión teológica/experiencial de fe con el abordaje de un tema de
investigación basado en dos a tres instrumentos: encuesta, historia de vida
y etnomapeo.
Ricardo –con apoyo mío y más tarde de un equipo– preparamos las preguntas
y la estructura de la encuesta y la historia de vida desde un marco general,
pero orientado al tema de cada óptica de investigación. Nos enseñaba algo
de teoría, algo de método y algo de técnica
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; y practicábamos con una
y otra o con una invitada especial. Acordamos el número de encuestas,
etnomapeos e historias de vida que haríamos, y la fecha de entrega. Para
el próximo taller, Ricardo ya llevaba (con la ayuda de distintas personas en
el ERIC y a veces mía) tabulaciones cuantitativas del trabajo y ejemplos
del nivel inicial de sistematización de las historias de vida. Los talleres, con
excepción del primero, que no contaba con hallazgos, tenían entonces tres
partes claves: i) confrontación con la búsqueda de conclusiones/hallazgos
iniciales, que siempre incluía retos de acción; ii) reflexión sobre estos
hallazgos a la luz de la fe; iii) inducción en la teoría, el método y las técnicas
para el próximo taller.
Otra clave de la metodología era mantener la investigación ligada a la
coyuntura actual. En un taller, «Mujer y política en Honduras», Gladys
Lanza, una lideresa histórica de lucha, nos habló de su postura frente a la
participación de las mujeres en las próximas elecciones. En otro, la licenciada
Blanca Valladares nos orientó sobre la nueva Ley contra la Violencia
Doméstica. Para el taller «Mujer joven 2», otras dos investigadoras jóvenes
del ERIC, Carla Castro y Yadira Rodríguez nos hablaron de su investigación
sobre la experiencia de las mujeres jóvenes en las maquilas (que se estaban
multiplicando con los ajustes neoliberales de la época). Y en otro taller,
«Nuestro trabajo como mujeres», fuimos nosotras mismas, o sea, nuestro
trabajo con mujeres hondureñas, el sujeto de investigación. Tampoco era
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Para Ricardo: «El método: es el camino que nos introduce al corazón del pueblo. Método viene
de unas palabras muy antiguas (griegas), método, que quieren decir “con camino”. El método
indica qué voy a hacer primero y qué después y cómo. Las técnicas: son ayudas concretas
para andar por ese camino. Así como una bicicleta, muleta, puente nos ayudan a avanzar
por el camino. Y la teoría: es un sentido de orientación que sirve para trazar un camino o
para reencontrarlo cuando esté perdido. Estos son principios»; Memoria del Taller I: Mujer e
investigación, mayo 1995.
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J
ENNIFER
J. C
ASOLO
R
ICARDO
F
ALLA
,
UN
PRISMA
AL
TRÍPTICO
DE
SU
VIDA
:
HACIA
EL
CORAZÓN
DE
LAS
MUJERES
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
suficiente que nos vinculara con la coyuntura o con que fortaleciera nuestros
trabajos: había que incidir a nivel nacional. Por eso, con casi cada taller,
Ricardo escribía un ensayo de opinión o análisis que picaría conciencias en
periódicos nacionales o publicaciones del ERIC
26
.
Además, en el proceso de «ir al corazón» de las mujeres, no hay duda de
que el proceso nos sensibilizó. No pretendo afirmar que nuestros oídos
quedaron tan afinados como los de Ricardo, que sabía escuchar lo profundo
en lo más cotidiano; pero en cada taller practicamos, nos entrevistamos
una a la otra o comparamos varias historias de vida ya transcritas. Aunque,
según Ricardo, «lo que se pretend[ía] con este análisis es poder llegar a
establecer unos seis tipos principales de la mujer hondureña», para mí,
leer o escuchar estas historias, no se daba a la abstracción; sino que abría
nuestras mentes y corazones a más preguntas.
No pretendo decir que yo no tenía críticas intuitivas que me costaban
articular científicamente: a veces sentía que nos quedábamos con
una descripción sin indagar –cómo los procesos de marginalización,
explotación y exclusión seguían reproduciéndose–, que no nos dejó tiempo
de profundizar, y por ello no logramos teorizar, desde la investigación, la
relación entre estructura, experiencia y subjetividad. Pero sin duda, lo que
logramos con Ricardo, y desde Ricardo, en los talleres y en el proceso de
planificación, rompió esquemas como proceso de investigación, formación
e incidencia: investigadoras novatas logramos, en forma colectiva e
individual, visibilizar y valorizar la situación de la «mujer hondureña»
desde lo objetivo y subjetivo, y desde las fuerzas que les afectan su fe,
su accionar, sus vidas en su cotidianidad y en su superación. La tarea era
dejar que nuestra misma experiencia de formación e incidencia en nuestras
parroquias, diócesis o congregaciones, infundiera y fuera infundida por el
mismo proceso de investigación, sistematización, análisis y reflexión.
Escribiendo un ensayo breve para el Día de la Madre después de que
terminamos el primer taller en mayo de 1995, Ricardo reflexionaba:
En Honduras, venimos absorbiendo estos temas [género y sexo] al contacto de
religiosas con quienes organizamos un taller de la mujer a nivel nacional, propiciado
26
Falla,
Cuadros sueltos que prefiguran el siglo XXI, 445.