310

U

NIVERSIDAD

 R

AFAEL

 L

ANDÍVAR

V

ICERRECTORÍA

 

DE

 I

NVESTIGACIÓN

 

Y

 P

ROYECCIÓN

Entrega especial Ricardo Falla, S. J.

Iglesia tuvo una posición contraria a las conclusiones de Beijing, además 
del peso colonial y eclesial sobre las vidas de las mujeres? Tal vez, explica 
en parte los límites del concepto «escuchar a las mujeres» sin profundizar 
en las estructuras del patriarcado. Al mismo tiempo, la preparación de la 
Cuarta Conferencia fortaleció a quienes reconocieron que era necesario 
comprender la realidad de la mujer hondureña.

En esa coyuntura hondureña, en noviembre de 1995, Ricardo aseveró 
en un editorial de periódico, que «Después de la reunión en Beijing es 
importante poner en común las distintas vías de caminar hacia el corazón 
de la mujer en Honduras. Solo escuchando a la mujer, libres de prejuicios, 
podremos avanzar a su verdadera liberación»

24

De hecho, al regresar de Roma a finales de marzo de 1995, en medio de 
los debates previos a la conferencia en Beijing, Ricardo inicia un proceso 
de aterrizar el «escuchar a las mujeres» como modo de praxis cotidiana y 
de misión, compartiendo la praxis inseparable en su tríptico para llegar a 
ser un prisma clave y una metodología en la vida de liderazgos femeninos 
hondureños. Pero no se hace solo ni de una sola vía. Con Confereh 
acuerdan abrir el camino, y me invita a mí a unirme como investigadora 
aprendiz y cofacilitadora.

Hacia el corazón de la mujer hondureña: de los talleres en 

tríptico a una hermenéutica «feminista» 

En mayo de 1995, Ricardo y yo cofacilitamos el primer taller sobre la 
mujer hondureña. La memoria que nos queda de este primer taller está 

24

 La evolución de la investitación de género y la teoría «queer» ha dado vuelta a la tortilla de 

estos debates en contextos conservadores. Más bien, hoy en día hay mucha más aceptación de 

la idea introducida por la filósofa feminista Judith Butler, de que tanto sexo como género son 

construidos y cruzados por otras construcciones sociales como clase, raza y etnicidad; Judith 

Butler, Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identity (Reino Unido: Routledge, 2007). 

La definición desarrollada por Joan Wallach Scott en su ensayo «Gender a useful category 

of analysis» aborda dos definiciones interrelacionadas: género como una forma de describir 

diferencia, y género como algo que significa relaciones de poder. Ninguna de estas definiciones 

habían tomado fuerza en Centroamérica en 1995; «Gender a useful category of analysis» en 

Gender and the politics of history (Nueva York: Columbia University Press, 1988). Ricardo Falla, 

«Hacia el corazón de la mujer hondureña», El Heraldo, 15 de noviembre de 1995. En Cuadros 

sueltos que prefiguran el siglo XXI. Honduras 1993-2001, vol. 2, colección Al atardecer de la vida… 

Escritos de Ricardo Falla, sj. (Guatemala: Avancso, URL, Edusac, 2014), 67.

311

J

ENNIFER

 J. C

ASOLO

R

ICARDO

 F

ALLA

UN

 

PRISMA

 

AL

 

TRÍPTICO

 

DE

 

SU

 

VIDA

HACIA

 

EL

 

CORAZÓN

 

DE

 

LAS

 

MUJERES

Entrega especial Ricardo Falla, S. J.

incompleta. Ni mis cuadernos, ni mis diarios, ni las memorias de los talleres 
me pudieron corroborar cómo nació en sí la iniciativa que Ricardo lanzó 
con Confereh para realizar los talleres sobre la mujer hondureña. Revelar los 
orígenes concretos queda como una tarea pendiente mientras este retazo 
y el próximo abordan cómo desde los talleres sobre la mujer hondureña, 
Ricardo supera la idea de mujer «objeto» de investigación o formación. Se 
convierte en sujeto. Ricardo escucha y su estilo concretiza: en los cuatro 
años y medio de realizar los talleres semestrales, se va transformando 
cómo aborda a las mujeres y sus realidades como: i) sujeto específico de 
investigación, ii) sujeto de formación en investigación individual y colectiva, 
y iii) cocreadora de estos mismos procesos de formación e investigación. 
Además, los talleres constituyeron un espacio fluido donde se bailaba entre 
la fe y la intelectualidad, confrontando herramientas científicas cuantitativas 
y cualitativas, con la reflexión bíblica y viceversa, para orientar, repensar y 
profundizar en lo que estábamos aprendiendo y descubriendo. Por último, 
los talleres eran para mí un regalo de aprendizaje, donde Ricardo en su 
accionar de tutor del tríptico de investigación, formación e incidencia, 
también se permitió ser aprendiz.

Creo que fue en los primeros días después de su regreso de Roma que 
Ricardo me preguntó si quería apoyarle en una nueva iniciativa de Confereh, 
los talleres sobre la mujer hondureña. El propósito de los talleres, según 
Ricardo, era enseñar a los participantes herramientas teóricas, metodológicas 
y técnicas de investigación para que juntos camináramos «hacia el corazón de 
la mujer hondureña». En el quinto retazo problematizo no solo la inspiración 
de esta frase, sino lo que significa hablar de las mujeres como sujeto singular, 
pero la tarea inmediata es tener una imagen fotográfica de los talleres, y cómo 
enriquecieron la praxis del tríptico de investigación, formación e incidencia 
de Ricardo y cómo dieron pauta a una hermenéutica feminista.

En términos básicos, realizamos dos talleres al año, entre 1995 y 1998, 
y uno más en mayo de 1999. Participaron entre veintiséis y cuarenta 
personas en cada taller, la gran mayoría mujeres religiosas. En general 
éramos de cuatro a ocho laicas, a veces Ricardo era el único hombre, y 
en otras ocasiones había un hermano religioso o un laico. El propósito 
fundamental era reunir las tres caras del tríptico: los y las participantes 
eran personas involucradas en el trabajo de incidencia o de formación (con