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DE

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ROYECCIÓN

Entrega especial Ricardo Falla, S. J.

adecuados para sobrevivir, que siguen generando el desplazamiento de la 
población. La causa del desplazamiento ahora, puede ser el narcotráfico, la 
ganadería, la palma africana o el simple «aquí no se puede ganar la vida». 
Tristemente, continúan los conflictos entre la misma gente, causados por 
la escasez, fruto de la desigualdad estructural. «Siempre el conflicto por la 
tierra entre pobres, orillados a los terrenos marginales por los ganaderos 
y grandes terratenientes», resume Falla, al describir los conflictos entre los 
retornados Chuj al regresar a las tierras en el norte de Nentón

11

.

El aprendizaje que asimilé, y sigue vigente el día de hoy, se resume así: 
abordar la realidad de un lugar y las relaciones actuales, por medio de la 
historia y la situación histórica de la tierra. Confrontar las versiones y las 
fuentes de manera continua, ya que siempre hay otras capas por destapar, 
muchas veces, solo reveladas con el tiempo y la confianza generada, a raíz 
de los encuentros repetidos. Entender la historia, escuchar, tener mucha 
paciencia y nunca dejar de apreciar el privilegio de escuchar, si las personas 
comparten logros y penas, pero también, entender y respetar, cuando 
guardan silencio.

Ante todo, aspiro siempre a lo que el trabajo y la vida de Falla demuestran: 
ser guiada por un compromiso, nacido del amor y la admiración por la 
gente rural y campesina de Guatemala.

Por las rutas de la sierra, con Myrna Mack

12

Conocí el trabajo de Ricardo Falla, a través de la antropóloga Myrna Mack. 
A finales de los años ochenta, junto con Paula Worby y Rubio Caballeros, 
acompañé a Myrna Mack en sus investigaciones de campo sobre el retorno 
y la reintegración de las poblaciones desplazadas por la contrainsurgencia. 
Era un período, en el que paulatinamente se estaba abriendo la posibilidad 
de realizar estudios rurales, había que trabajar con muchísima cautela. 
Nuestros esfuerzos de investigación eran pasos tentativos, no solo por esa 
situación, sino también porque Myrna se consideraba a sí misma, como 

11

 Ricardo Falla, «Negreaba de zopilotes», en Masacre y sobrevivencia: finca San Francisco, Nentón 

(Guatemala: Avancso, 2011), 180. 

12

 Escrito por Liz Oglesby.

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LA

 

ANTROPOLOGÍA

 

EN

 

TIEMPOS

 

DE

 

GUERRA

Entrega especial Ricardo Falla, S. J.

una antropóloga en formación. Es decir, para Paula, Rubio y para mí, 
Myrna era una gran mentora, pero hay que reconocer, era una profesional 
bastante joven cuando la asesinaron.

El ejemplo de Ricardo Falla inspiraba a Myrna, por la temática de sus 
investigaciones y la forma de llevar a cabo el trabajo de campo. No 
obstante, Myrna tenía retos diferentes. Mientras Ricardo Falla trabajaba 
con las poblaciones refugiadas en México y luego con las Comunidades 
de Población en Resistencia (CPR) de Ixcán; Myrna llegaba a las aldeas 
militarizadas por la contrainsurgencia, en Quiché, Huehuetenango y Alta 
Verapaz (Myrna nunca llegó a las CPR). Las condiciones eran distintas, 
pero a través de Ricardo Falla, Myrna veía la posibilidad y la importancia 
de reconstruir el trabajo antropológico en Guatemala.

Falla nos dio el ejemplo, como dicen Beatriz y Paula, de un antropólogo 
destacado que no huyó de Guatemala, ni tampoco se rindió ante las 
dificultades que el auge de la guerra presentaba para la investigación, a 
principios de los ochenta. Al contrario, el entorno social de la guerra llegó 
a ser el enfoque de su trabajo, tanto en el plano académico, como en lo 
pastoral, porque era lo que más urgía. Había urgencia por comprender las 
vivencias de la gente, a raíz de la tierra arrasada y el desplazamiento forzado 
masivo. Era necesario captar los cambios, que el intento de aniquilamiento 
de los mayas había producido en el tejido social de las comunidades, en 
sus mecanismos y posibilidades de sobrevivencia, en la cotidianeidad 
militarizada y precaria, y en sus socavadas visiones para el futuro. Eran 
temas que requerían cierta profundidad académica (¿de qué manera iba 
a entenderse la sociedad guatemalteca posgenocidio?); pero obviamente, 
rebasaban lo puramente académico, pues exigían respuestas humanas. En 
ambos aspectos, Ricardo Falla era un modelo para Myrna, cuando ella se 
lanzó a hacer trabajo de campo antropológico en Guatemala. 

Quisiera profundizar un poco en los hilos analíticos que vinculaban el 
trabajo antropológico de Ricardo Falla, con la labor que nosotros hacíamos 
con Myrna a finales de los ochenta. Primero, está el tema de la guerra, 
específicamente el tema de las masacres. Es importante señalar que nuestro 
equipo de Avancso no se dirigía a las zonas del conflicto para estudiar las 
masacres. Íbamos a estudiar la reintegración de las poblaciones desplazadas;