totalmente de tierra y el sistema dominante se muestra incapaz de ofrecerle
suficiente empleo (…) La ruptura de esa articulación no lleva por lo tanto a la
proletarización, sino a la pauperización y la formación de un ejército de liberación
más que a un ejército de reserva de fuerza de trabajo (primera hipótesis)
56
.
Sin embargo, Ricardo refuta en la conclusión su hipótesis de ruptura de
articulación como móvil del levantamiento en Ixcán. En la conclusión
subraya la experiencia de ruptura con el sistema finquero, como substrato
de «la diferencia de conciencia revolucionaria» y apertura ideológica a
la revolución
57
.
El enfoque de «ruptura», no solo en Falla, sino también en la literatura
latinoamericana, pone énfasis en lo negativo como factor de movilización
política. El problema es que el pensamiento rupturista padece de
una dicotomía que coloca el mal en el pasado y el bien en el porvenir.
Esquematiza la realidad social, esconde conexiones que perduran y limita
así, nuestros esfuerzos de transformación social.
En su refutación de esta primera hipótesis, reconceptualiza la migración
interna producida por el sistema dominante como un «paso liminal», antesala
del levantamiento revolucionario
58
, espacio en que obra la politización y
concientización de la vanguardia. Lo fuerte en esta reconceptualización es,
precisamente, la tensión entre ruptura y conexión continuada que ilumina
cómo los niveles de ruptura provocados revelan nuevas conexiones entre
lugares y pensamientos.
La colonización de Ixcán Grande: ¿Maryknoll o indígena?
Cualquier crítica de este volumen ha de tomar en cuenta las condiciones de
investigación en las cuales Ricardo no pudo hacer el mismo tipo de análisis
de clases sociales en el agro que hizo en Nicaragua; porque los entrevistados
eran refugiados o población en resistencia, sin sus parcelas de la frontera
agrícola, que se había transformado en el teatro de una guerra civil.
56
Falla,
Ixcán: el campesino indígena se levanta, 5-6. Véase a Sergio Palencia, «Conformación estatal
y lucha comunitaria en Guatemala: Tres momentos históricos», (Tesis de maestría, Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla, 2013), que estudió la misma hipótesis de Falla sobre la
ruptura en la articulación entre el estamento indígena y el estamento finquero al nivel nacional.
57
Falla,
Ixcán: el campesino indígena se levanta, 541-542.
58
ibid., 540-541.
166
U
NIVERSIDAD
R
AFAEL
L
ANDÍVAR
V
ICERRECTORÍA
DE
I
NVESTIGACIÓN
Y
P
ROYECCIÓN
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
Partiendo de un análisis de la colonización de la frontera agrícola que
desarrollé dos años después que Ricardo partió de Nicaragua, cuestiono
su abordaje de la segunda y de la cuarta hipótesis. Veamos sus hipótesis:
A nivel subjetivo se genera un descontento campesino generalizado, reforzado
incluso cuando después de períodos muy cortos de bonanza pasajera, las crecientes
aspiraciones se cumplen de modo insuficiente (segunda hipótesis).
El tipo de campesino potencialmente más revolucionario no es el campesino
rico (…) no lo es el campesino medio, porque aunque tiene la libertad táctica
mínima necesaria para el apoyo de la revolución que la parcela, su perspectiva
social está limitada por el acceso asegurado a la tierra y por su desvinculación de
la venta de trabajo en las empresas agrícolas. Sino que lo es el campesino pobre
o semi-proletario, por encontrarse en la articulación misma de los dos modos
de producción del modelo y por sufrir más agudamente la ruptura de dicha
articulación (cuarta hipótesis)
59
.
Lo ocurrido en Ixcán, con el apoyo de los Maryknoll, fue una pequeña parte
de un enorme proyecto de colonización espontánea, en la que campesinos
indígenas asalariados y semiproletarios se convirtieron gradualmente en
campesinos medios; mientras que los campesinos medios se convirtieron en
campesinos ricos, y los campesinos ricos iniciaron la ruta para convertirse
en finqueros. Es decir, la frontera agrícola representó para el campesinado,
no solo una válvula de escape del sistema dominante, o un espacio liminal,
sino la obra positiva, la creación de lo que Gramsci llama el buen sentido
desde el sentido común. Además, la colonización de la frontera agrícola no
puede caracterizarse como parte de los «períodos muy cortos de bonanza
pasajera». La incorporación de nuevas tierras a la producción granos
básicos, entre l945 y 1970, fue masiva. Entre 1950 y 1979, la población del
altiplano occidental se había duplicado pasando de 556 000 hasta 1 193
740 personas
60
. Más importante aun, durante los mismos años se produjo
un cambio en el régimen de tenencia de la tierra y en las clases sociales del
altiplano. El campesinado, en su conjunto, incrementó de un 68 % en 1950,
hasta un 83 % en 1979 su control sobre la superficie de la tierra. Por otro
lado, los latifundistas habían perdido 181 mil manzanas, pasando de un
32 % a solo un 17 % de la superficie del altiplano. Fueron los campesinos
medios quienes tomaron dos terceras partes de lo que los latifundistas
59
ibid., 6.
60
Palencia, «Conformación estatal y lucha comunitaria», 302.
167
P
EDRO
E
MILIO
M
ARCHETTI
R
ICARDO
F
ALLA
, S. J.
EL
DETALLE
DEL
TRÍPTICO
DE
SU
VIDA
:
INVESTIGACIÓN
,
FORMACIÓN
E
INCIDENCIA
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.