124
U
NIVERSIDAD
R
AFAEL
L
ANDÍVAR
V
ICERRECTORÍA
DE
I
NVESTIGACIÓN
Y
P
ROYECCIÓN
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
brillante, sino hasta describir, durante alguna conversación, cómo
avanzaba en el trabajo.
3. Escribir. Había que organizar con una palabra en tarjetas, el material
con que se contaba. El método de Falla era el de organizar con base
en grandes temas descritos. Entonces, se debía colocar debajo de cada
gran tema indicaciones sobre las diferentes informaciones que podrían
relacionarse con el mismo, utilizando tarjetas de un color diferente.
Al final, saldría el esquema del escrito y todo haría «clic», según decía.
Escribí, efectivamente, informes sobre San Vicente y sobre «La Nueva»;
pero más que ese «clic», me encontré sintiendo que hacía falta mayor
formación para que las piezas del rompecabezas de las tarjetas tuvieran
cada una su lugar.
4.
El macrorrelato. La investigación desarrollada por equipos, en los que
cada miembro se encarga de diferente territorio o tema y produce los
relatos de cada encargado de lugar o tema. En este caso, por ejemplo,
los informes de San Vicente, de «La Nueva» y de los otros municipios
donde se desarrolló la investigación, constituyeron relatos específicos,
separados, con voz propia, aunque todos intentan seguir un mismo
hilo conductor. Corresponde al coordinador del equipo desarrollar el
macrorrelato, que nutrido por los relatos individuales, sin ser suma
sino una síntesis de los mismos, los supera y ofrece una interpretación
general. En el caso de la investigación sobre la religiosidad popular en
Escuintla, Falla escribió un macrorrelato que publicó UCA Editores de
El Salvador en 1984 como Esa muerte que nos hace vivir. Estudio de la religión
popular de Escuintla, (Guatemala). La Editorial Universitaria publicó en
2017 la primera edición guatemalteca de esta obra, presentada en julio
en la Feria Internacional del Libro en Guatemala (Filgua).
Finalmente, en la Franja
La etapa preparatoria del trabajo en la FTN estuvo constituida por tres
partes: primero, lecturas sobre los grandes proyectos que podríamos explorar
(hidroeléctrica Chixoy, carretera de la FTN, pozo petrolero de Rubelsanto,
oleoducto, mina de níquel en El Estor, modernización del puerto Santo
Tomás de Castilla); pues desde muy temprano en las discusiones habíamos
125
C
LARA
A
RENAS
B
IANCHI
E
N
BUSCA
DEL
PECECITO
DE
COLORES
Entrega especial Ricardo Falla, S. J.
llegado a la conclusión de que la FTN no era un asunto aislado, sino parte
de un plan todavía mayor. Segundo, realizamos el viaje de reconocimiento
y, tercero, se constituyó el equipo con el que se trabajaría. Leíamos con
sumo interés sobre el debate liderado por economistas de la Universidad
de San Carlos, como Rafael Piedrasanta Arandi, y los datos publicados en
una diversidad de fuentes, alrededor de estas grandes inversiones. Recuerdo
entre estas fuentes Inforpress Centroamericana, que en esa época todavía
no tenía un número fijo de páginas, pues su extensión semanal dependía
de lo abundante o no de la información reunida.
Hubo quizá varios viajes de reconocimiento. Yo recuerdo el que hicimos
al inicio, pues sirvió para pensar mejor la investigación en su conjunto
y precisar, entre otras cosas, el número de investigadores requeridos.
Íbamos tres personas en un Range Rover que nos prestaron y recorrimos
el vasto territorio, atentos a todo tipo de detalles. Durante este recorrido
vi desplegarse de nuevo el método de Falla, a lo largo de varios días. Han
quedado en mi memoria asuntos básicos, cuya importancia no se aquilata
sino hasta cuando se está en el terreno. Uno de estos, es la lectura rápida de
mapas: hacia dónde vamos, qué dejamos atrás, hacia dónde corren los ríos,
dónde debemos cruzar. Otro, pensar bien el día: dónde vamos a dormir,
dónde comeremos, dónde puede haber alguien que conocemos.
Este viaje también estuvo marcado por la insistencia de Falla en la
experiencia de las cosas. Así, en Rubelsanto insistió en que le dejaran
tocar, oler, ver el petróleo que sacaban del pozo, del que tanto se hablaba.
Obtuvo la muestra en un frasco de vidrio y la llevamos en el vehículo hasta
que en un cruce del camino la dejamos bajo una gran piedra. Al volver,
constatamos que seguía allí y la recogimos. También tuvimos la experiencia
de almorzar en el campamento de la compañía italiana que participaba en
la construcción de Chixoy y observamos las manifestaciones de jerarquía
entre trabajadores y jefes, la clase de comida que se servía, el ambiente, las
conversaciones en italiano.
Surgía la idea de enclave y la pregunta de qué pasaría cuando estas compañías
se fueran y la economía que habían generado, se apagara. En las oficinas de
Exmibal nos atendió el encargado de relaciones públicas, quien nos dio una
pormenorizada explicación de la operación minera y nos mostró la pequeña