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Revista Eutopía, año 2, núm. 4, julio-diciembre de 2017, pp. 49-94, ISSN 2617-037X

Una muestra importante de la actividad desplegada fue el incompleto 
proceso de reforma universitaria que inició a partir de la segunda mitad 
de los años ochenta y culminó en 1996. La participación de la AEU y 
de distintas asociaciones estudiantiles impulsó de manera significativa este 
esfuerzo. Otro ejemplo es el apoyo que el movimiento estudiantil le brindó 
a la candidatura de Alfonso Fuentes Soria

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, con quien se tuvo relaciones 

de respeto en su período administrativo, como rector. 

En otro nivel, influenciado en parte por el movimiento revolucionario 
pero también por la historia y tradición del propio movimiento estudiantil, 
la dirigencia universitaria, sobre todo la perteneciente a la AEU, también 
estuvo involucrada en actividades y relaciones con otros actores 
extrauniversitarios.

Se pueden mencionar su participación en la Comisión Nacional de 
Reconciliación (CNR) en los momentos iniciales de las pláticas de paz, y 
en la Unidad de Acción Sindical y Popular (UASP), así como las relaciones 
que mantuvo con sindicatos y organizaciones como el Grupo de Apoyo 
Mutuo (GAM). Estas relaciones incluían organización y participación en 
actividades conjuntas (desde marchas hasta actividades culturales), cartas 
de solidaridad y apoyo, etc. 

Sin embargo, hay que reconocer que una parte importante de los estudiantes 
sancarlistas veían con apatía al movimiento estudiantil y estaban interesados 
sobre todo en sus actividades académicas. Era un grupo que podía apoyar 
en determinadas coyunturas (como en el «Serranazo» en 1993), pero que 
en general prefería mantenerse distante y podía mirar con desconfianza, 
por diversas razones, a los grupos políticos y sus liderazgos que peleaban 
por los espacios institucionales. 

Otro sector participaba de distintas maneras: en espacios deportivos o 
culturales, incluidas las actividades de la Huelga de Dolores que generaron 
una especie de «subcultura» propia y que se expresa en la afiliación que 
generan con su «capucha» y su «honorable subcomité».

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 Fuentes Soria fue electo vicepresidente de la República por el Congreso, de septiembre de 2015 

a enero de 2016, después de la crisis que culminó en la renuncia y arresto de Otto Pérez Molina.