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Revista Eutopía, año 2, núm. 4, julio-diciembre de 2017, pp. 49-94, ISSN 2617-037X
3. El movimiento estudiantil como movimiento social y sus
relaciones con las organizaciones revolucionarias
3.1 Relaciones entre el movimiento estudiantil y el movimiento
revolucionario
Para el movimiento estudiantil resulta pertinente la afirmación de Santiago
Bastos al considerar que:
La URNG es hegemónica en el campo de los movimientos sociales, sobre todo
pero no únicamente de los llamados «populares», y de lo que se va consolidando
como la «sociedad civil». En esta esfera, su actuar político se basa en copar estos
espacios desde la lógica revolucionaria
40
.
Sin embargo, las relaciones que mantuvieron los diversos movimientos
con las organizaciones revolucionarias no se basaban en una relación
unilateral de dominio y subordinación, sino también en negociaciones
y transacciones de distinta índole. Como apunta Saénz cuando hace su
estudio particular sobre el líder estudiantil Oliverio Castañeda de León:
No se trató de una simple dependencia de los grupos guerrilleros por parte
de las organizaciones estudiantiles, aunque en algunos casos éstos intentaron
instrumentalizarlas. Desde las organizaciones populares y estudiantiles se alimentó
la estrategia guerrillera y, en ciertos casos y momentos, las múltiples militancias
no permitían distinguir cuando se trataba de iniciativas insurgentes o cuándo de
organizaciones populares. Las organizaciones sociales moldearon a las guerrillas y
éstas a su vez influyeron en las primeras
41
.
De hecho, puede considerarse que la trayectoria de Oliverio Castañeda
de León como militante del movimiento estudiantil y de la Juventud
Patriótica del Trabajo (JPT) es ejemplar en ese sentido. Asumió con
40
Santiago Bastos, prólogo a Movimiento social, etnicidad y democratización en Guatemala, 1985-1996,
por Roddy Brett (Guatemala: F&G Editores, 2006), XXII.
41
Sáenz, Oliverio, 86. Lo confirma también Taracena: «Si bien existían vasos comunicantes
entre movimiento revolucionario y movimiento popular –de origen diverso y de expresión
heterogénea–, esa relación no representaba una subordinación directa del movimiento de
masas al armado. En realidad, esa interrelación se apoyaba en un complejo proceso de vínculos
repletos de simpatías y de desconfianzas, de negociaciones y de rechazos»; Luis Taracena, «Los
rasgos políticos del conflicto armado interno en Guatemala, 1954-1996», en Guatemala: historia
reciente (1954-1996), tomo I, Proceso político y antagonismo social, ed. por Virgilio Álvarez
Aragón et al. (Guatemala: Flacso, 2012), 211.