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Revista Eutopía, año 2, núm. 4, julio-diciembre de 2017, pp. 3-48, ISSN 2617-037X
Otro aspecto del reglamento sobre el que no existió consenso fue la
aceptación de proyectos de producción no maderable, cuyo producto
principal fuera látex, resina, semilla, follaje y madera después de los veinte
años. Para el sector ambiental y comunitario, la producción del hule es una
actividad que puede desarrollarse con o sin incentivos, la cual estaba fuera
de los objetivos del Pinfor y que quitaba recursos para otros proyectos.
Evaluaciones realizadas por Ortiz
52
sobre la priorización de áreas geográficas
y especies prioritarias del Pinfor, y por Carrera
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en cuanto a su efectividad
como instrumento de la política forestal, contenían indicios de que algunas
plantaciones no iban a cumplir con el objetivo a largo plazo. Por lo tanto, se
promovieron normas encaminadas a mejorar la respuesta de las plantaciones
en sus sitios de siembra y a dar cumplimiento a las actividades silviculturales
establecidas en el plan de manejo aprobado. Por ejemplo, la obligación
de utilizar semillas certificadas en los viveros que proveen plántulas a los
proyectos de producción maderable a partir del año 2009, lo cual no fue
bien aceptado por los diferentes sectores, por dos razones: poca viabilidad
de encontrar fuentes semilleras certificadas y dificultad de conocer
fehacientemente la calidad de la plántula de sus proveedores.
Tal y como indicaron algunos de los actores entrevistados, la idoneidad del
programa se perdió en la medida en que los miembros de la junta directiva
del INAB se volvieron beneficiarios del Pinfor, por lo que la lucha por la
obtención de beneficios se situó en la arena del reglamento. Por parte del
sector de oenegés ambientales, se promovió que los incentivos para los
proyectos de manejo de bosques naturales, con fines de protección, se
ampliaran de cinco a diez años; y por parte del sector productivo forestal,
se impulsó que las áreas previamente sujetas al Programa de Incentivos
Fiscales gozaran de los incentivos que otorgaba el Pinfor.
Para Asorema, la disposición de ampliar los proyectos de protección
del bosque natural de cinco a diez años permitió garantizar una mayor
sostenibilidad para estas áreas y que los propietarios no se vieran tentados
52
Ariel Ortiz, Revisión de la priorización de áreas geográficas y especies prioritarias del Pinfor (Guatemala:
Instituto Nacional de Bosques, 2005), 11.
53
Jaime Luis Carrera, «Evaluación de la efectividad del Programa de Incentivos Forestales como
instrumento de la política forestal» (tesis de licenciatura, Universidad Rafael Landívar, 2004), 123.