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Revista Eutopía, año 2, núm. 4, julio-diciembre de 2017, pp. 179-191, ISSN 2617-037X
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En mayo de 2012, en medio de un estado de sitio, se detuvo en Barillas a
nueve líderes de la resistencia contra la empresa Hidro Santa Cruz, quienes
estuvieron ocho meses encarcelados hasta que se les liberó por falta de
mérito, y unos meses más tarde se volvió a detener a dos más de ellos, que
también acabaron siendo liberados
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En mayo de 2013 empezó una segunda ola de represión con la detención
frustrada de Maynor López, que finalmente fue detenido en septiembre
de 2014, originándose en ambos casos una movilización en el norte de
Huehuetenango. Para entonces ya había acusaciones contra Francisco Juan
Pedro, Sotero Adalberto Villatoro y Arturo Pablo Juan por la retención
de trabajadores de Hidro Santa Cruz, el 22 de abril de 2013, en el lugar
conocido como Poza Verde, sitio donde se había instalado un plantón
pacífico. Se les intentó detener el 23 de enero de 2014 en el Centro de
Administración de Justicia (CAJ) de Santa Eulalia, pero hubo gente que se
opuso, y por esos hechos también fueron acusados cuando sí se les detuvo
el 27 de febrero de 2015. Con ello se abrió una nueva fase persecutoria
que siguió el 24 de marzo, cuando Rigoberto Juárez y Domingo Baltasar
fueron capturados por hechos ocurridos en el CAJ de Santa Eulalia, a raíz
de la detención y liberación de dos vecinos de Pojom, San Mateo Ixtatán,
el 19 de enero de ese año. El 3 de junio, Bernardo Ermitaño López Reyes
fue detenido también por los hechos del 23 de enero del año previo
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.
Así, para mediados de 2015, buena parte de las autoridades comunitarias
involucradas en la defensa del territorio Q’anjob’al estaban encarceladas,
a través de una acción penal conducida por la Fiscalía de Derechos
Humanos, del Ministerio Público (MP); una paradoja que muestra bien el
funcionamiento de las instancias jurídicas en estos casos.
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Además, hubo órdenes de captura contra otros veintitrés activistas y autoridades, lo que
provocó su huida y después la instalación del miedo en la comunidad. Respecto a estos hechos
en Barillas hay mucho escrito. Ver Arantxa Guereña y Ricardo Zepeda, El desarrollo que no
queremos. El conflicto en torno al proyecto hidroeléctrico de Hidralia Energía en Guatemala (Barcelona,
España: Intermon Oxfam, 2012) y Bastos et al., «Despojo, movilización y represión en Santa
Cruz Barillas», en Dinosaurio reloaded. Violencias actuales en Guatemala, coord. por Manuela Camus,
Santiago Bastos y Julián López (Guatemala: Flacso/Fundación Constelación, 2015).
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Asimismo, se capturó al activista Rubén Herrera, en marzo de 2013, y al abogado Q’anjob’al
Pedro Rubel Toledo, en octubre de 2015. Para más detalles de todos estos hechos, ver los
peritajes de Santiago Bastos y Ramón Cadena que aparecen en este número de la revista Eutopía.