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memoria

 

revolucionaria

 

indígena

1974-1981

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Revista Eutopía, año 2, núm. 4, julio-diciembre de 2017, pp. 97-138, ISSN 2617-037X

Constituye un elemento crucial pensar la revolución en términos de 
procesos de atrevimiento, de quiebre, como también de construcción de 
horizonte compartido. La revolucionaria o, en este caso, el revolucionario, 
se constituye desde las decisiones que va tomando y la develación de su 
labor individual en consonancia con una historia que hereda, que hace 
propia, por la cual se responsabiliza. Es tanto desgarramiento de los 
vínculos primarios como creación de nuevas comunidades, en pos del 
novum transformador.

La narración que Boc hace del sufrimiento de su familia y de su pueblo es, al 
mismo tiempo, la razón de movilizarse en la lucha. La tristeza de la despedida 
se entremezcla con la afirmación individual desde y frente a su comunidad. 
No estamos en un momento histórico donde los relatos de los sobrevivientes 
enfatizan el silencio, el temor o incluso el arrepentimiento tras las masacres 
de 1982. Al contrario, la escritura va acompañando los distintos momentos 
emocionales y reflexivos del año revolucionario de 1980, no generalizándolos 
desde la derrota, sino abriendo el pasado a las distintas vivencias que se dieron 
en Centroamérica en la creciente insubordinación social.

6. Ingresando al altiplano en guerra, mayo 1981

Los contactos clandestinos cumplieron su papel, pero el viaje se atrasó 
un mes. Mientras, Boc convivió con los guerrilleros urbanos en las casas 
de seguridad ubicadas en la capital. Finalmente, subió al avión rumbo a 
San Pedro Sula. Allí mismo tomaron el bus hacia Nicaragua. Hacía poco 
más de un año que Managua se había convertido en el escenario de una 
insurrección popular, que llevó al poder al Frente Sandinista de Liberación 
Nacional. La logística fue más rápida desde un principio y tan solo dos días 
tardaron para abordar el avión rumbo a Cuba. Su entrenamiento estaba 
por empezar: 

Durante 45 días recibimos preparación intensa como tropa de infantería. En tiro 
obtuve calificaciones regulares, así como en táctica, manejo de artillería liviana y 
en el arme y desarme de fusiles. Finalizaba diciembre para luego recibir el año 
nuevo 1981 en pleno curso. [...] También subimos a unos cerros de la montaña 
para realizar prácticas en el día o en la noche. Éstas eran para mí como un paseo en 
comparación con lo vivido en las faldas del Tajumulco, lugares aquellos que había 
explorado, conocido y donde había acampado

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 ibid., 50.