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la

 

memoria

 

revolucionaria

 

indígena

1974-1981

S

ergio

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Revista Eutopía, año 2, núm. 4, julio-diciembre de 2017, pp. 97-138, ISSN 2617-037X

En otra aldea Mam llamada La Esperanza, en el municipio quetzalteco de 
San Juan Ostuncalco, el informe cita los nombres de cinco adultos y seis 
niños reprimidos bajo la acusación de apoyar a la ORPA. Al igual que en 
Tuibuj, este grupo militar finaliza la represión con la quema de las casas 
en la aldea

45

. Un patrón que se repite en la región Kaqchikel y Mam es la 

participación directa de finqueros y capataces en denuncias, secuestros y 
desapariciones junto al Ejército de Guatemala. Los comisionados militares 
están también presentes como canales de información para la represión 
armada y, posteriormente, en operativos de cerco.

La tendencia es una intensificación de la violencia, de la guerra propiamente, 
«a partir del resquebrajamiento y enfrentamiento de las relaciones finqueras». 
El carácter de lucha de clases motiva e incendia la guerra pero no se reduce 
a choques de, digamos, estructuras salariales y de propiedades. Se conjuga 
eso y más

46

. Para entonces, ¿cuáles eran las características de los operativos 

de la ORPA en la región? Se presenta una aproximación bastante general 
a sabiendas de que este periodo debe ser estudiado con mucho mayor 
detenimiento, tanto para el movimiento de las tropas castrenses como de 
las guerrilleras, siempre en el mar de las luchas ya desatadas en la región y 
expresadas como crisis finquera. El departamento de San Marcos comparte 
una historia de lucha agrarista de larga trayectoria. Al igual que en el oriente 
de Chimaltenango y Alta Verapaz, el agrarismo motivó la organización de 
mozos colonos indígenas y mestizos contra los finqueros desde el gobierno 
de Juan José Arévalo y con mayor fuerza durante el de Jacobo Árbenz

47

.

Para muchos campesinos marquenses, el PGT fue un punto de confluencia 
organizativa en sus demandas de tierra. Posterior a la Contrarrevolución de 
1954 y especialmente desde mediados de la década de 1960, varios dirigentes 
marquenses del PGT plantean un frente de lucha y construyen el Regional 
de Occidente de las FAR. Este fenómeno también se da en aldeas Kaqchikel 
de San Martín Jilotepeque y en redes organizativas de los municipios 

45

 ibid., caso 8269.

46

 La división entre «campesinos insurgentes» y «campesinos asociados a finqueros y militares» 

no puede entenderse linealmente. Un estudio detallado de estas contradicciones lo realizó el 

antropólogo jesuita Carlos Cabarrús en tres aldeas del municipio de Aguilares, en el centro de 

El Salvador. Véase: Carlos Cabarrús, Génesis de una revolución, 411.

47

 Los ensayos y libros de Jim Handy (1988, 1994) y de Cindy Forster (2001) son primordiales para 

conocer la organización de las comunidades indígenas durante la década revolucionaria (1944-

1954).