Revista Eutopía, año 2, núm. 4, julio-diciembre de 2017, pp. viii-x, ISSN 2617-037X
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Autoridades de la universidad presentes, queridos estudiantes, estimados
amigos y amigas.
En conversación con Belinda Ramos, la directora de Revista Eutopía, le
comenté que me parece que hemos logrado mayor propiedad y fluidez
en los procesos de gestión inherentes a la revista y al tratamiento de los
eventos de esta naturaleza. Quizá ella, siendo el centro de las tensiones que
suelen ser usuales en el mundo editorial, tenga una opinión distinta. Pero,
sin lugar a dudas, tanto las emociones como los desafíos concretos de ahora
son distintos de aquellos que teníamos en el momento de la concepción
de la revista, de su institucionalización, del lanzamiento del primer número
y de la consecución de los siguientes con miras a su consolidación como
instrumento y espacio para la labor académica.
Este número tres de la revista representa una primera síntesis del proceso.
Recoge el aprendizaje de los números precedentes y con su publicación
estamos logrando el reconocimiento de Latindex. De modo que este es un
momento sumamente especial para la revista Eutopía, para la VRIP y para
la universidad.
Al amparo de este breve contexto, quiero tomarme los siguientes minutos
para puntualizar tres elementos que ayudan a explicar el estado actual de
las cosas y las perspectivas de la revista. Seguramente no serán los únicos,
pero son los que me parecen pertinentes en esta ocasión.
El primero tiene que ver con la estructura de soporte. Dicen los
especialistas en diseño de instituciones y planificación, que la estructura,
por sí sola, no garantiza mucho; pero sin ella, seguramente el desorden
y la probabilidad de fracasar es mayor. Lo que me gustaría señalar es
que, en procesos de esta naturaleza es posible lanzar una visión acerca
de lo que se quiere: diseñar estructuras y organizar procesos claros para
lograr productos y resultados. Creo que lo hemos hecho bien. Y lo que
les quiero decir no tiene nada que ver con aquellos discursos que hacen
énfasis en la voluntad sin importar las capacidades objetivas que se
poseen. Más bien, hemos recurrido a la «técnica», en su sentido preciso,
y organizado nuestras capacidades para incrementar las posibilidades de
sostener en el tiempo la revista, eliminado o atenuando aquellos factores
de mayor incertidumbre. Me parece que la revista, tanto en contenido
como en forma, puede patentizar este primer elemento.