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Dirección de Artes Landívar
Fino:
Pues apunte esto para que no se le olvide. (Tira la bolsa a la
orilla, cerca de donde está el nuevo). De ahora en adelante... yo
me quedo en el centro y ustedes miren qué putas hacen. Ahí les
dejo la periferia.
Laura:
La tierra es de todos.
Fino:
¡Ah! ¿Ahora sí es de todos? Ya le dio vuelta a la tortilla. Quítese
la venda de los ojos niña. (Intenta quitarle la venda).
Laura:
Suélteme, no me toque. ¡Suélteme!
Chus:
(Despierta confundido y se abalanza sobre Fino). Suéltela
cabrón. Ya vinieron a fregarnos otra vez. Váyase a la mierda
ahora mismo si no quiere que todos los vecinos se levanten
a darle verga. ¿Está bien mamaíta chula? ¿No la lastimó ese
cabrón? Pues a ver cuánto aguantan pisados. ¡Y de una vez les
digo que de aquí no movemos ni mierda! Allá ustedes si quieren
traer al ejército, a la policía, al Ministerio Público, a los derechos
humanos o cuanta organización quieran. Tenemos papeles
donde consta que todos los vecinos somos dueños legítimos.
Aquí vivimos pura gente trabajadora, aquí sabemos ganarnos
los centavos como Dios manda, no somos chanchulleros, ni
ladrones. Aquí desde las dos, tres de la mañana ya estamos
bajando mercadería de los camiones, acarreando bultos de un
lado a otro. Atalayando a la clientela. Eso es trabajar, no que
ustedes aquí chingando. No vengan con el cuento de que van
a pasarnos a otro lugar, después uno anda pariendo con sus
tanates de un lado para otro, aguantando frío, calor, lluvia,
hambre. Así es que ni mierda. ¡Ya no les creemos nada! ¿Qué
van a decir zanatudos? Con razón mi papá decía que hay gente
que entre más estudia más bruta se pone. ¡Mudos! ¿Cuánto
les pagan para venirnos a molestar? Tan siquiera tuviéramos
grandes mansiones, grandes terrenos, miren dónde vivimos
pisados. ¿Es que acaso ustedes no tienen familia? Pónganse la
mano en la conciencia. Díganle a esos zanatudos que se la llevan
de dueños de este terreno que vengan a ver. ¡A ver si estas son las
condiciones para vivir! ¡A ver si aguantan a estar como nosotros
estamos! ¿Acaso no sienten? ¡Cómo apesta a podredumbre,
a mierda! ¡Peor que un corral! Y díganle a ese canche o a
quien corresponda que vaya a mandar a otra parte. Aunque le
arruinemos el paisaje o el futuro que de aquí no nos movemos.
En mis tantos años que llevo de vivir aquí, no hay un solo día
que no nos friegue alguien, si no es un cliente agarrado, es un