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Relatos del proceso creativo contemporáneo

Vestidos como guajeros o recolectores, entraron y bajaron a La Mina, lo más 

hondo del relleno, en donde desembocan las aguas negras de una parte de la 

ciudad y a donde van a dar metales que son recogidos para ser vendidos. En 

una siguiente visita ya éramos cinco guajeros. Pasamos desapercibidos ante 

los guardias y pudimos entrar tranquilamente guiados por Beatriz y Magaly. 

Salimos transformados de alguna manera y atravesados por una realidad 

que se esconde. Describirla está de más. Nuestro trabajo es hacer teatro y no 

podemos olvidarlo aunque la realidad nos duela y nos pese. De esa parte de la 

investigación surgió el personaje de Jenny, madre, asmática y recolectora de 

objetos en el vertedero, en donde cada día busca el alimento para su familia 

entre la basura que todos producimos en la ciudad. Los otros dos personajes 

del mundo del basurero también se modificaron y enriquecieron con el 

trabajo «de campo». El Nenecón, trabajador de un camión recolector que se 

caracteriza por una profunda humanidad e inocencia, y Patrocinio, migrante 

que se desempeña en distintos trabajos para sobrevivir con lo que saca en 

La Mina, perfilados también por los actores-creadores. Finalmente todos 

atravesados por la experiencia. 

Aledaños al basurero se encuentran dos cementerios de la ciudad, el 

Cementerio General que está en alto riesgo y en donde según la Conred el 

85 % del terreno corre el riesgo de derrumbarse debido a que la parte trasera 

impide la estabilidad del terreno.

No podemos hacer ningún tipo de arreglo, por el terreno en el que 

estamos, es arenoso y abajo hay una especie de pantano, por los 

desechos de la basura (…)

 

Cada vez se reduce más el terreno del 

camposanto porque se producen más derrumbes. (Orozco, 2013, p. 8)

En el Cementerio General leímos una obra como referente para nuestro trabajo 

dramatúrgico, donde se tratan temas complejos abordados desde lo político, lo 

irónico, el humor y lo popular. Yo supe desde el principio que era delicado 

tocar temas tan fuertes desde el desgarramiento y que la humanidad de los 

personajes y el humor debían estar en la obra. Esa ha sido una exploración desde 

la actuación y desde las pautas para algunas improvisaciones, llevadas luego a 

la escritura colectiva.

 

También hicimos ejercicios de escritura automática. 

Al otro lado divisamos el Cementerio La Verbena, que sería otro espacio 

para nuestra búsqueda. Situado a orillas del barranco del otro lado, durante 

varias décadas han enterrado allí los cuerpos de las personas no identificadas, 

nombradas en Guatemala como «XX».

Allí encontramos los osarios en donde la Fundación de Antropología Forense 

de Guatemala trabaja arduamente en las exhumaciones. Muy conmovidos,