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Relatos del proceso creativo contemporáneo
En Hambre y tierra pude ver que el público se mostró agradecido porque la
obra les acercó a una realidad que se ignora, pero no por eso deja de existir.
El compromiso del grupo de actores y su directora de llevar a cabo una
investigación profunda y una experiencia que atravesó sus cuerpos, permitió
al público tener contacto con un detonante para ampliar su mirada.
En Esto no está en el mar, hubo una estrategia de involucrar al público desde
el inicio, mediante un video en donde se mostraba en lenguaje gestual cómo
armar un barquito con la hoja del programa de mano. Durante el transcurso
de la obra, estos barquitos se debían trasladar de un lado a otro y al final el
grupo cerraba la obra danzando en un «océano» de estas figuras.
Fue interesante la reacción, ya que al concluir la presentación, en lugar de irse
de inmediato, las y los asistentes ayudaban a recoger los barcos como un gesto
de preparar la obra a quienes asistieran a las siguientes funciones. Fue un acto
de agradecimiento y una forma de involucrarse con el grupo de artistas.
En una conversación posterior, personas que asistieron a la obra se mostraban
muy interesadas en conocer lo que estaba detrás de la misma: las razones de
las decisiones, cómo es que de la nada surge un trabajo que da lugar a un
montaje, la parte simbólica y de los significados. Creo que tiene un gran valor
no solo presentar la obra, sino también que el público conozca el proceso que
subyace al momento en que cobra vida.
Para mí fue un privilegio poder seguir el trabajo creativo, asistir a los salones
de ensayo que representan el espacio más íntimo y sagrado de la creación;
descubrir los subtextos, las búsquedas, las repeticiones, las indagaciones,
los matices de intensidades, los cuerpos sudorosos, los pies lastimados, el
contacto entre cuerpos, los conflictos y el encuentro de miradas.
Pude ver las raíces del árbol en la vida cotidiana creativa, y fundir mis raíces
con cada artista con el que pude compartir; despertar con más fuerza mi
creatividad interna y reforzar aún más la convicción de que el arte provoca una
manera más intensa de vivir, sentir, ver lo que pasa desapercibido, encontrar
la belleza, generar esperanza.