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Dirección de Artes Landívar

La práctica adquirió cierto carácter místico y también una gran atención en el 

detalle. La eficiencia se consiguió mediante un movimiento limpio y elegante 

que debía llevarse a la creación de la coreografía.

En el caso del grupo de teatro, la economía del movimiento era abordada 

a partir de un fuerte e intenso trabajo interno de cada actor y actriz con su 

personaje. Cada movimiento debía partir de un sustento instalado en el perfil 

psicológico y social, en los objetivos de la obra, el personaje y el actor; en 

el conflicto generador. En tal sentido, la pertenencia a un estrato social, las 

problemáticas, los sueños del personaje se reflejan en el cuerpo del actor. 

Múltiples lenguajes muestran maneras específicas de ver y enfrentar al mundo. 

La mirada y el gesto son portadores de significado, de espacialidad. 

Patricia Orantes siempre retaba al grupo a ir más allá de los movimientos 

acostumbrados en teatro, a trascender lo que se da por sentado, a buscar el 

significado de las acciones. Siempre insistía en economizar movimiento para 

que cada gesto fuera cargado de una clara intención y emocionalidad. Es así 

que llegó un momento en que cada actor y actriz conectaba con su personaje 

y sin emitir palabra se transformaba, su mirada y su gesto corporal reflejaban 

toda la profundidad del mismo.

Ambos grupos trabajaron de cierta forma con la metáfora del ritmo del 

océano. El grupo de danza con el vaivén constante del oleaje, desde el símbolo 

del mar como una abstracción, y el grupo de teatro desde la perspectiva de 

la técnica del «Yo Ha Kiu»

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. Desde esta propuesta se trabaja el ritmo interno 

de las escenas y la obra misma, hay un momento de inicio que llega a un 

conflicto intenso y luego baja de forma dinámica como las olas del mar. 

Otro punto importante es el símbolo del espacio. Existe un «metaespacio» 

con territorios específicos que se establecen tanto para las emocionalidades 

como para las escenas.

Momentum trabajó en espacialidades circulares y amplificó el proceso de 

doblar un papel para convertirlo en un barco. Las direcciones y formas de 

los dobleces fueron llevadas al espacio del escenario para marcar fronteras y 

transiciones de movimiento.

El Laboratorio de Teatro definió territorialidades para el denominado «mundo 

de los vivos», que en la obra Hambre y tierra era representado por personas 

que vivían complejas realidades en el relleno sanitario. Así fue también para el 

«mundo de los muertos» en el que se retrataban realidades contrastantes de los 

2 Técnica teatral oriental que equipara el ritmo de las escenas y la obra a un oleaje, donde el 

Yo es el principio, el Ha es el conflicto y el Kiu refiere a velocidad, temporalidad y cierre 

(Komparu, s. f.).