37

Relatos del proceso creativo contemporáneo

Ingresó a la Escuela Nacional de Artes Plásticas cuando era un adolescente. 

Esa etapa la definió como una de las «más felices de su vida»; no solo por 

la formación académica recibida, sino también porque es allí donde forja 

amistad con otros inquietos artistas de la plástica, que luego pasarían a 

formar parte de la llamada Generación de 1940. Este grupo se considera muy 

importante dentro del panorama de las bellas artes en Guatemala, puesto que 

abrió brecha en el arte moderno. 

Varios artistas de esta generación continuaron su formación académica en 

el extranjero. En el caso de González Goyri, viajó a la ciudad de Nueva York, 

siendo su gran objetivo ampliar sus horizontes en el arte. Cabe resaltar que 

su paso por la «gran manzana» significó un parteaguas en su vida, pues no 

solo lo enriqueció a nivel artístico, sino «descubrió» a su país en el extranjero. 

Fue así como vio con nuevos ojos a Guatemala a través de su color, paisaje, 

artesanía, tejidos, aromas… todos estos elementos fueron una revelación. 

Después de tres años de estadía en Estados Unidos, González Goyri regresó 

a Guatemala. Empezó un recorrido personal, no exento de dudas, logros y 

aciertos, para encontrar su propio camino en el arte. Se casó con su novia 

Carmen Pérez Avendaño, quien sería su compañera de toda la vida y un 

apoyo invaluable en su profesión artística. 

Su regreso coincidió con la planificación del Centro Cívico en la ciudad capital, 

en donde participó en la realización de varios murales en los principales 

edificios de dicho complejo urbano, en donde se da una feliz integración de 

arquitectura y artes plásticas. Estos son los murales del Instituto Guatemalteco 

de Seguridad Social, la fachada poniente del Banco de Guatemala y la fachada 

oriente del Crédito Hipotecario Nacional.

En 1963 realizó el monumento a Tecún Umán, de 6.5 metros de altura en 

concreto expuesto, el cual se encuentra a un costado del bulevar Liberación 

y Parque Zoológico La Aurora. De esta obra, dijo «dentro del realismo he 

tratado de imprimir cierta estilización que le aporte un toque de modernidad».

Por esa misma época, participa en otros proyectos artísticos públicos para la 

ciudad, como los murales del Edificio Roma y el Parque de la Industria, no 

sin dejar de hacer escultura con exposiciones individuales y participando en 

exposiciones colectivas donde destacó con varios premios a nivel internacional. 

En la escultura, González Goyri incursionó en materiales como bronce, 

terracota, yeso, cemento, mármol, estaño y cobre. Sus intereses oscilaron entre 

lo abstracto y lo figurativo, llegando en algunas ocasiones a la abstracción 

absoluta. Interesado en la identidad, siempre procuró hacer un arte