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Relatos del proceso creativo contemporáneo
Ingresó a la Escuela Nacional de Artes Plásticas cuando era un adolescente.
Esa etapa la definió como una de las «más felices de su vida»; no solo por
la formación académica recibida, sino también porque es allí donde forja
amistad con otros inquietos artistas de la plástica, que luego pasarían a
formar parte de la llamada Generación de 1940. Este grupo se considera muy
importante dentro del panorama de las bellas artes en Guatemala, puesto que
abrió brecha en el arte moderno.
Varios artistas de esta generación continuaron su formación académica en
el extranjero. En el caso de González Goyri, viajó a la ciudad de Nueva York,
siendo su gran objetivo ampliar sus horizontes en el arte. Cabe resaltar que
su paso por la «gran manzana» significó un parteaguas en su vida, pues no
solo lo enriqueció a nivel artístico, sino «descubrió» a su país en el extranjero.
Fue así como vio con nuevos ojos a Guatemala a través de su color, paisaje,
artesanía, tejidos, aromas… todos estos elementos fueron una revelación.
Después de tres años de estadía en Estados Unidos, González Goyri regresó
a Guatemala. Empezó un recorrido personal, no exento de dudas, logros y
aciertos, para encontrar su propio camino en el arte. Se casó con su novia
Carmen Pérez Avendaño, quien sería su compañera de toda la vida y un
apoyo invaluable en su profesión artística.
Su regreso coincidió con la planificación del Centro Cívico en la ciudad capital,
en donde participó en la realización de varios murales en los principales
edificios de dicho complejo urbano, en donde se da una feliz integración de
arquitectura y artes plásticas. Estos son los murales del Instituto Guatemalteco
de Seguridad Social, la fachada poniente del Banco de Guatemala y la fachada
oriente del Crédito Hipotecario Nacional.
En 1963 realizó el monumento a Tecún Umán, de 6.5 metros de altura en
concreto expuesto, el cual se encuentra a un costado del bulevar Liberación
y Parque Zoológico La Aurora. De esta obra, dijo «dentro del realismo he
tratado de imprimir cierta estilización que le aporte un toque de modernidad».
Por esa misma época, participa en otros proyectos artísticos públicos para la
ciudad, como los murales del Edificio Roma y el Parque de la Industria, no
sin dejar de hacer escultura con exposiciones individuales y participando en
exposiciones colectivas donde destacó con varios premios a nivel internacional.
En la escultura, González Goyri incursionó en materiales como bronce,
terracota, yeso, cemento, mármol, estaño y cobre. Sus intereses oscilaron entre
lo abstracto y lo figurativo, llegando en algunas ocasiones a la abstracción
absoluta. Interesado en la identidad, siempre procuró hacer un arte