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4.
CONCLUSIONES
1.
A pesar de que los efectos acumulados de las distintas causas de degradación ambiental
han sido observados desde tiempos lejanos, la ciencia de la restauración ecológica es
relativamente reciente. Hoy en día, es considerada de relevancia mundial en la conservación
de la biodiversidad. Los mecanismos existentes son en algunos casos bien conocidos en algunas
zonas tropicales (por ejemplo las sucesiones secundarias), mientras que otros han sido
relativamente pocos estudios, pero con casos concretos de aplicación exitosa (reintroducciones
y translocaciones).
2.
La restauración ecológica implica un conjunto de mecanismos aplicables según se trate
de suelos degradados por la pérdida de la cobertura vegetal o la simplificación de un sistema
por la perdida de ciertos componentes de la flora o de la fauna. La aplicación de los
mecanismos esta en función de varios elementos entre los que deben considerarse: las
características particulares del sistema a restaurar, la intensidad del deterioro, el objetivo del
área, las especies involucradas, los resultados esperados, entre otros.
3.
La meta de los procesos de restauración ecológica es imitar la estructura, función,
diversidad y dinámica del ecosistema específico a restaurar. En este contexto, no todos los
sistemas son susceptibles de ser restaurados naturalmente, ya que muchos han sobrepasado
ciertos límites ecológicos en términos de productividad, diversidad, habitabilidad y potencial
evolutivo. En muchos de estos casos donde la restauración natural sería demasiado lenta o no
ocurriría, los mecanismos existentes pueden ser determinantes.
4.
La composición y la productividad de los bosques secundarios que se desarrollan a través
de los procesos de sucesión, dependen del grado de degradación del sitio durante la
intervención humana, lo que a la vez, depende de factores como la fertilidad del substrato, el
uso previo del sitio y sus relaciones con el ciclaje y almacenamiento de nutrimentos dentro del
ecosistema.
5.
A pesar de que la productividad primaria de la vegetación secundaria puede igualar la
de los ecosistemas naturales; en sitios cuyas actividades implican un drástico deterioro del
substrato edáfico y la consiguiente reducción productiva del sistema, ni la sucesión secundaria
puede, en el largo plazo, recuperar la productividad del mismo.
6.
Los mecanismos relacionados con reintroducciones, translocaciones y corredores
biológicos, en la práctica casi siempre se justifican complementariamente. Si se justifica la
reintroducción de individuos de determinada especies a un sistema seguramente es porque el
mismo ha estado sometido a diferentes presiones causantes de diferentes formas de deterioro.
Así, poblaciones reducidas en hábitats fragmentados requerirán de corredores de movimiento,
translocaciones y otras medidas complementarias tales como manejo de sitios de anidación,
refugio y alimentación.
7.
Es importante manejar la diversidad genética de las especies que son candidatos para la
eventual reintroducción a los hábitats naturales. Algunos de los criterios más comunes (por
ejemplo la selección al azar de parejas para la reproducción o la selección del mejor
reproductor en cautiverio) para el manejo o la reintroducción de las poblaciones pueden
producir una pérdida significativa de diversidad genética, mientras que ciertas opciones de
manejo (basadas en el análisis de pedigrí) pueden inclusive incrementar la diversidad genética
arriba de los niveles actuales de población.