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La escasez de información acerca de hasta qué punto las especies utilizan estos recursos, 
dificulta la determinación de las ventajas potenciales de los corredores (Simberloff y Cox 1987). 
 Esta misma carencia de datos no permite demostrar como son usados estos corredores y si este 
uso minimiza las extinciones al resolver los problemas de depresión endogámica y 
estocasticidad demográfica (Simberloff et.al. 1992).  Los corredores naturales se han hecho 
muy comunes  en proyectos de uso de terreno y estrategias de conservación, pero hay pocos 
datos disponibles que puedan apoyar o rechazar su valor (Noss, 1987). 
 
Sin embargo, ya es del conocimiento común que las especies que son preservadas en estado de 
aislamiento en áreas protegidas dispersas, podrían llegar a extinguirse por no contar con la 
diversidad genética necesaria para mantener poblaciones sólidas (Machlis 1993).  Sin la 
dispersión natural de material genético que proporcionan las áreas silvestres contiguas, las 
especies protegidas están expuestas a ciertos efectos que podrían llevarlas a la extinción 
(Machlis 1993; Mackinnon et.al. 1990). 
 
 
En el caso de la fauna, la contribución de los corredores en la restauración ecológica ocurre 
entonces, cuando la dispersión genética a través de ellos permite mantener o recuperar el nivel 
de población mínima viable. 
 
La naturaleza del corredor esta ligado a la especie. Así, existen especies que requieren 
corredores rudimentarios, especies que requieren vegetación dispersa entre los parches, 
especies que requieren vegetación continua entre parches, aunque no necesariamente natural y 
especies que requieren necesariamente vegetación natural entre parches  (Loney y Hobbs 
1991). 
 
Relacionadas al papel de la restauración ecológica, se reportan algunas ventajas y desventajas 
de los corredores biológicos. 
 
 
Las principales ventajas son: 
 
1. 

Permiten el movimiento y la dispersión de la vida silvestre en peligro de extinción 
(Bridgewater 1992; Loney y Hobbs 1991). 

 
2. 

Hábitat en si mismo para la vida silvestre (Loney y Hobbs 1991; Simberloff y Cox 1987; 
Dendy 1987). 

 
3. 

Facilitan a las especies la obtención de recursos disponibles en varios refugios 
(Simberloff y Cox 1987; Noss 1987). 

 
4. 

Permiten el incremento del tamaño poblacional y mejoran las oportunidades de 
sobrevivencia, al facilitarse la expansión de áreas (Shafer 1990; Dendy 1987). 

 
5. 

Facilitan la recolonización de áreas afectadas por disturbios (quemas, claros, sucesiones 
y otros) (Dendy 1987). 

 
6. 

Ayudan en los procesos migratorios a causa de cambios climáticos (Hobbs y Hokins 
1991).