Análisis de paisajes funcionales en el territorio nacional y su relación con propósitos socioeconómicos

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Universidad Rafael Landívar (URL)

Marco conceptual

1.

El objetivo del presente trabajo fue caracterizar y prio-

rizar áreas de trabajo, con el fin de orientar los esfuer-

zos de conservación y restauración de los bosques 

en Guatemala, tomando como referencia el concepto 

de paisaje funcional. 

Dicho concepto, aparecido a finales de los años 1990, 

constituye una evolución importante en el marco de la 

conservación de la biodiversidad, que pasó de ser un 

paradigma enfocado en las especies amenazadas y 

en vías de extinción, a uno derivado de una visión 

más sistémica, en la que predomina el estudio de los 

procesos ecológicos a escalas múltiples (local, inter-

media, gruesa y regional) (Poiani, Richter, Anderson 

& Richter, 2000). 

Un área de conservación funcional se puede definir 

como un área geográfica que permite mantener a las 

especies y ecosistemas de interés focal, así como a 

los procesos ecológicos que los sustentan, dentro de 

sus rangos naturales de variabilidad (Poiani, Richter, 

Anderson & Richter, 2000). El término “funcional” se 

refiere a la capacidad del área de mantener los ob-

jetos de conservación saludables a largo plazo (más 

de 100 años). Su tamaño y configuración está deter-

minado por dos factores: los objetos de conservación 

y los procesos ecológicos que permiten el manteni-

miento de los mismos (Poiani & Richter, 2000). Se 

han definido tres tipos de áreas de conservación fun-

cionales: sitios, paisajes y redes. 

Un paisaje funcional permite conservar un gran nú-

mero de especies y ecosistemas a tres escalas: 

• Gruesa (10,000 – 1,000,000 hectáreas y más), 

• Intermedia (1,000 – 10,000 hectáreas y más), y 

• Local (metros a miles de hectáreas). 

Por definición, son de naturaleza intacta (componen-

tes y procesos), o debe existir la posibilidad de res-

taurarlos (para restablecer su funcionalidad). No es el 

tamaño en sí mismo el que permite diferenciar entre 

un paisaje y un sitio funcional, sino más bien la pre-

sencia de ciertos ecosistemas y especies de interés 

focal, que implican un esfuerzo de conservación a las 

tres escalas anteriormente mencionadas (solamente 

dos para un sitio funcional).

Los objetos de conservación de los paisajes funcio-

nales generalmente son representativos de muchos 

otros ecosistemas y especies que, por ejemplo, pue-

den abarcar la totalidad del gradiente terrestre-acuá-

tico. 

Poiani et al (2000) determinaron cuatro componentes 

que permiten evaluar la funcionalidad de un área y 

definir el estado y desempeño del sistema, así como 

su nivel de viabilidad, según el gradiente estabilidad-

resiliencia-funcionalidad (Gálvez, 2001): 

1. Composición y estructura, 

2. Regímenes ambientales dominantes y disturbios 

naturales, 

3. Área dinámica mínima, y 

4. Conectividad (Poiani & Richter, 2000). 

El presente estudio no pretende evaluar completa-

mente el nivel de funcionalidad de las áreas natura-

les de Guatemala. Más bien, constituye una primera 

aproximación del análisis que se debería conducir 

para alcanzar tal resultado. Por otro lado, se tomaron 

en cuenta elementos de carácter socio-económico, 

para optimizar las repercusiones de las actividades 

de conservación y restauración en términos de desa-

rrollo humano.

El estudio se desarrolló en dos fases. En la primera 

fase: a) Se caracterizaron y localizaron intervencio-

nes estratégicas a nivel de los paisajes funcionales, 

b) Se definieron áreas de interés, es decir estratégi-

cas en cuanto a su potencial de generación de bienes 

y servicios ambientales, y c) Dichas áreas se caracte-

rizaron por su nivel de funcionalidad o integridad eco-

lógica, lo que permitió definir escenarios de trabajo 

para mejorar la gestión de sus recursos. 

En la segunda fase se examinaron indicadores rela-

cionados con el tema de desarrollo socio-económico 

para cada cuenca hidrográfica (abastecimiento de 

agua, riesgo a desastres, seguridad alimentaria y pro-

ducción hidroeléctrica). Con base en ellos se realizó 

una tipología de cuencas, las cuales fueron prioriza-

das en función de sus metas en temas de desarrollo 

socio-económico. Por tanto, se caracterizaron y lo-

calizaron las cuencas con los mayores desafíos en 

cuanto al desarrollo socio-económico del país.