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La Teoría Económica Y El Desarrollo 

 

Definir el valor económico de los servicios ambientales encuentra en el camino 
dificultades de carácter epistemológico e ideológico. En el primero de los casos, 

las ciencias económicas valoran la actividad del hombre al margen del valor 
intrínseco del capital natural, considerándolo como un patrimonio heredado e 

infinito. Una de las preocupaciones recientes es precisamente el deterioro y la 
escasez del mismo. El segundo aspecto se refiere al conflicto doctrinario entre la 

connotación pública o privada de los bienes derivados del uso del capital natural.  

 
Al analizar como se calcula en la generación de riqueza, uno se percata de que 
convencionalmente el PIB únicamente toma en cuenta el valor agregado que 

resulta de la suma del capital y del trabajo. Lo que nunca ha sido considerado 

por los economistas, es el valor intrínseco de ese elemento al que se le agrega 
valor para generar el PIB, pues este no forma parte del mismo, es decir no se 
contabiliza. 
 
De una o de otro forma, a ese elemento al que se le agrega valor, en su origen es 
Capital Natural (KN). La pregunta clave, entonces es: Será que agregar valor al 
KN sin contabilizar su valor intrínseco, garantiza su integridad? La respuesta es 
contundentemente negativa, pues el deterioro ambiental en general tiene su 
causa en políticas de desarrollo que han privilegiado optimizar los recursos 
“escasos” sobre la base de la sustitución o transformación del KN. 
  
El agregar valor al capital natural para generar riqueza económica, en sustitución 
de ese, ha sido la base del Paradigma del Desarrollo Económico. Esta 
transformación, en principio no es en si misma un hecho negativo. La pregunta 
es: ¿Hasta donde sustituirlo sin comprometer su integridad?; es decir,  lo que hoy 
se conoce como las irreversibilidades ecológicas. 
 
La economía clásica aborda el tema ambiental a partir de la búsqueda de 

equilibrios entre los agentes económicos rigiéndose por el principio de: “Quien 
contamina paga”.  Las externalidades económicas son retomadas como el 
sustento teórico del principio anterior. Estas son un intento de reconocer el valor 
intrínseco del capital natural. Sin embargo esto se logra solo a nivel del beneficio 
o el daño que se genera para otros agentes económicos. “Quien contamina paga” 
a la larga resulta en un planteamiento de equilibrios económicos donde el 
generador de una externalidad negativa esta dispuesto a pagar a quien es victima 
de dicha externalidad. El criterio de optimización es siempre la función de 

utilidad de ambos agentes económicos. Más adelante se discuten las 
inconveniencias que este “approach” plantea en términos del Desarrollo 
Sostenible. Sin embargo, el tema del deterioro y las irreversibilidades 
ambientales siguen sin resolverse a partir de las políticas derivadas de dicho 
planteamiento.