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5.
La Intervención Del Estado Y El Desarrollo Sostenible
El Estado mediante transferencias financieras que permitan la recuperación y
conservación del KN sería el principal promotor del DS. Esto significa mejor
asignación presupuestaria con estos fines. Arribar a transferencias de este orden
supone, contar con una política donde los distintos sectores apoyan estas
medidas. Si bien es cierto que las decisiones son de orden político, estas parten
de propuestas técnicas muy bien sustentadas. Así por ejemplo, una decisión de
mejorar la asignación presupuestaria a las actividades de conservación in situ
(Áreas Protegidas), tendría su basamento técnico en un estudio de valoración de
los bienes y servicios ambientales que estos esquemas generan en beneficio de la
población y de los propios contribuyentes.
Un estudio realizado en 1999 y publicado en el año 2000, por el Consejo Nacional
de Áreas Protegidas (CONAP)
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, cuyo propósito fue generar una primera
aproximación del valor económico producido por el Sistema Guatemalteco de
Áreas Protegidas, muestra que este valor para el año 1998 ascendió
aproximadamente a dos mil millones de quetzales. Los rubros contabilizados
incluyeron: bienes maderables y no maderables, producción agropecuaria,
turismo, regulación de caudales, protección del suelo, sumideros de carbono,
entre los más importantes.
Las prioridades de asignación presupuestaria se definen en función de
información estratégica disponible y de presiones de los grupos de interés.
De acuerdo con el estudio citado, el SIGAP genera Q 2,018.6 millones por año,
en términos de los bienes y servicios considerados en la estimación. Dicha
cifra representó, alrededor del diez por ciento del presupuesto general del
gobierno para el año 2000 y una proporción cercana al 1.7 por ciento del
Producto Interno Bruto del país en 1998, año base para realizar las
estimaciones de valoración.
Este tipo de información que muestran la importancia que el sector de
conservación posee, sirve de base para diseñar políticas y estrategias que
permitan su consolidación y fortalecimiento, así como el diseño e
implementación de instrumentos que permitan la internalización de los
beneficios (externalidades positivas) generados.
El Programa de Incentivos Forestales (PINFOR), de la Ley Forestal (Decreto
Legislativo 101-96), incluye entre sus justificaciones el reconocimiento de la
generación de servicios ambientales propios de la actividad forestal, en tierras
con esa vocación. La intervención del Estado se plantea a partir de transferencias
financieras directas que el gobierno realiza a través del Ministerio de Finanzas,
luego de la certificación del proceso de campo por parte del Instituto Nacional
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Ortiz, Ariel. 2000. Estudio de valoración económica del SIGAP. CONAP, Guatemala.