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Es propio reconocer que a pesar del aparecimiento de los procesos señalados, en el
contexto y el entorno rural guatemalteco conviven otros sistemas productivos, que
aunque han incorporado alguna tecnología moderna, no responden estrictamente a
los mensajes e incentivos generados a través de los mercados.
Estos sistemas permanecen en una gran cantidad de unidades pequeñas o micro
parcelas especialmente ubicadas en el altiplano y norte del país, en posesión
mayoritariamente de pobladores indígenas. En este caso los sistemas guardan
intima relación con la cultura propia de quienes los cultivan. Los sistemas pueden
identificarse con la producción tradicional campesina de granos básicos que tienen
como fin especialmente el autoconsumo y el comercio de excedentes.
La mayoría de estos productores obtienen ingresos adicionales por otras labores y
actividades propias del medio rural, la migración a la Costa Sur a labores de cosecha
de las plantaciones, el trabajo asalariado y la prestación de servicios varios, por el
comercio y frecuentemente complementan sus ingresos con remesas que reciben
de familiares que han emigrado a los Estados Unidos.
6. LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA AGRICULTURA
El continuo desarrollo en el ámbito mundial viene presentándose bajo dos fenómenos
adecuadamente identificados en el Informe sobre el desarrollo mundial 1999-2000
del Banco Mundial
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sobre la globalización y la localización: La primera vinculada a
las innovaciones en el comercio internacional, los flujos financieros y la preocupación
sobre el medio ambiente entre los principales temas y la segunda, como ya se
mencionó, vinculada a la expresión del creciente deseo de la sociedad de hacerse
escuchar en los círculos gubernamentales manifestada en la reivindicación de las
identidades regionales. Estos dos fenómenos están perfilando de nuevo una serie de
actividades viejas y adicionalmente están promoviendo el aparecimiento de otras
nuevas actividades.
La agricultura no es una excepción y en el contexto actual se presenta desarrollada
prácticamente en dos grandes vertientes: (i)
aquella agricultura cuyos productos
están planeados y desarrollados para insertarse en un mercado global y (ii) aquella
agricultura que requiere de ingresos adicionales para poder mantenerse como una
expresión cultural, que se complementa con elementos siempre importantes sobre lo
económico y social. Este es el caso de la agricultura que se orienta a cubrir
necesidades de subsistencia y cuyos productos llegan al mercado fundamentalmente
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Informe sobre el Desarrollo Mundial 1999-2000. Banco Mundial. Mundi-Prensa Libros S. A.
1999. Washington D. C. 1999