agilidad que ameritan, ni con el conocimiento exacto de las condiciones de los diferentes 

so valioso debe 

er contabilizado.  En este sentido el agua debería formar parte de las cuentas nacionales.   

etas e indicadores que permitan medir el éxito de la política, son muy importantes, así 

l mismo tiempo 

be ser suficientemente rígida, para que ni sus objetivos primordiales ni sus principios 

ásicos puedan ser modificados fácilmente. 

 

ctualmente existen propuestas de política detalladas para el tema del agua, tanto en el 

lugares. 
    
Promover la valoración del agua es de suma importancia y generar los mecanismos adecuados 
para su medición y control, tanto en cantidad como en calidad.  Pues un recur
s
 
Otro elemento muy importante es la cultura hídrica que les permita, a todos los ciudadanos, 
conocer y entender el delicado balance del recurso, el por qué de las tarifas, la importancia 
de las plantas de tratamiento y del uso eficiente del agua.  Sin la educación, las otras 
acciones están destinadas al fracaso y la política no podrá lograr su objetivo. 
 
M
como la necesidad de la participación social, como un supervisor para que los objetivos se 
cumplan.  La política debe ser suficientemente flexible para poder ser ajustada en el tiempo, 
debido a los cambios que sucedan por la propia naturaleza del recurso. Pero a
de
b

A
MARN como en el MAGA.   Lo único que hace falta es la voluntad política de llevarlas a la 
discusión y buscar consensos con los diferentes sectores usuarios del agua.   
   
 

X.  LINEAMIENTOS PARA DEFINIR UN MARCO LEGAL 

 
El marco legal debe ser general, claro y sencillo (PMIRH, 1999).   Debe conciliar los 

da y cumplir ciertas normas que permitan su manejo integrado. 

intereses públicos y privados, regular el recurso en todo el ciclo hidrológico, propiciar la 
distribución equitativa del recurso y definir un ente regulador para la administración de las 
aguas con base a criterios técnicos e información sobre la oferta y la demanda.  Tal como ya 
se dijo, la ley debe reflejar claramente la política nacional de agua y ser su instrumento más 
importante.  
 
La ley deberá resolver en forma definitiva e inequívoca la situación de los derechos de uso 
de agua, para dar certeza jurídica sobre el uso del recurso.  Este es quizá uno de los puntos 
más controversiales de la ley, pero que debe ser resuelto.  Una opción es admitir la 
existencia de la propiedad pública y privada del agua, pero que no importando el tipo debe 
estar regula
 
Otro de los aspectos difíciles que deberá cubrir la ley es el marco institucional, definiendo 
las características del ente regulador, sus funciones y sus limitaciones.   La forma de 
participación de la sociedad en las decisiones del agua, el control social y la efectiva 
descentralización, deberán ser temas a discutirse para encontrar mecanismos adecuados y 
prácticos.   
 

 

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