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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
Hibueras, realizaron una matanza de venados en las
sabanas del Petén
12
(Payeras, 1993, p. 31).
Tanto en este capítulo como en el anterior, la capacidad
de Payeras de síntesis de la historia relatada es intensa.
Intenta comprimir el tiempo de la historia, en un tiempo
narrado que alude a la capacidad de un lector que no precisa
de tanto detalle. El tiempo relatado comprime el tiempo de
la historia, y el capítulo segundo termina casi en la historia
actual del país, en la cual el lector de hoy se identifica,
porque pertenece a una generación que ha recibido el
legado de la devastación ecológica. Así dice Payeras, al final
del segundo capítulo:
El proceso letal amenaza extinguir a las especies
vivientes, aquellas que, en la mañana del mundo,
fueron creadas por los Formadores, por los
Progenitores y Fecundadores. Agotado este ciclo, la
dialéctica ambiental trasciende su propia esfera y
despliega sus figuras en la vida social. En los años
setenta, la realidad sofocada aflora en la rebelión del
campesinado pobre. Incubada en silencio en reductos
secretos de las montañas, la nueva sublevación se
propaga en pocos años a todo el noroeste. Hacia
1980, los caminos se vuelven a erizar de trampas y
en las encrucijadas truena el relámpago breve de las
emboscadas: …Para los pueblos indios no se trata esta
vez de una tentativa más por hablar el antiguo camino
de Paxil, sino del primer empeño por remodelar
el mundo con sus propias manos (Payeras, 1993,
pp. 66-61).
Es innegable que, en este capítulo, Payeras finaliza
su argumento de destrucción y barbarie a manos de los
españoles y luego de sus descendientes y otros sujetos
12
Payeras, M. (1993). Latitud de la flor y del granizo. Tuxtla Gutiérrez: Joan
Boldó i Climent, Editores (p. 31). A partir de esta cita continuaremos citando
de esta edición.