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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

La consciencia de la nueva temporalidad, está expresada 

en Poemas de la Zona Reina de la siguiente manera: 

Lo nuevo de todo esto/está en que ya no podemos 

ser felices como antes. /La mañana que entramos a 

este lugar de cedros y silencio/habíamos renunciado 

al tambor y a la estrella/y estábamos seguros de que 

ya no habría tiempo para saber, /por ejemplo, /si por 

fin el espíritu tiene el olor a caballo dormido/que le 

atribuimos durante la niñez (Payeras, 2013, p. 41).

Y aunque los libros que comentamos hayan sido escritos 

(no concebidos) en distintos momentos de la escritura 

payeriana, observamos una tendencia en el autor, a tratar 

de decir poética o narrativamente lo que va aconteciendo, a 

través de dos o tres registros genéricos. Esta materialización 

escritural del tiempo discontinuo y cambiante aparece tanto 

en uno como en los otros dos libros con los que Payeras va 

hablando del acontecer diario o cotidiano, y de las maneras 

de aprendizaje y olvido necesarias en esos entornos. En 

los Poemas, (2013) por ejemplo, aparece esta imagen en 

donde da cuenta de la condensación de un tiempo, que es 

más bien breve o distinto temporalmente, dado que los 

poemas se escriben entre el 1972 y 1974, sin embargo, el 

tiempo transcurrido ha tenido más bien, la intensidad de un 

tiempo largo y dice así: 

Quienes sobrevivimos al último diluvio/hemos 

aprendido a orientarnos por los recuerdos, /porque del 

sol hace ya muchos meses que no se tiene noticia, /y 

para ver a Orión describiendo en el cielo sus piruetas/

de aeroplano melancólico/es necesario esperar la 

vejez del verano (Payeras, 2013, p. 30). 

En el lenguaje utilizado se crean imágenes que integran 

elementos disímiles, pertenecientes a dos mundos que se dan 

cita en el mismo espacio temporal del poema, para causar 

la condensación e intensidad de un tiempo más prolongado.