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Cátedra de Coyuntura Internacional
7. Instaurando la floración total de la primavera
De acuerdo a la crítica más especializada sobre
Payeras, el autor solía pensar la guerra de los pobres y
oprimidos relacionada con la primavera. Se sabe que años
después, ya en otro contexto, siempre de militancia, se
solía usar el poema «La estrategia y la flor del tamborillo»
(Payeras, 2013, p. 31) antes de iniciar dar parte de
acontecimientos y movimientos realizados por grupos
nuevos de la guerrilla. Se leía el poema antes de iniciar el
parte, porque de alguna manera ellos, el grupo guerrillero
fundador, habían ido gestando metáforas relacionadas
con la naturaleza, de donde todos habían aprendido las
estrategias específicas que utilizaron durante su estancia en
la selva y en la montaña. Se producía como dice Tischler, un
«estallido vegetal» (Tischler, 2009, p. 102) porque al decir
el poema, resonaban (se aglutinaban de forma metafórica)
las experiencias que adquirieron durante su aprendizaje
y desarrollo de lo vegetal, siempre relacionado con su
experiencia guerrillera. Así en «Sierra de Chama», Payeras
dice lo siguiente: «Dos cosas aprendimos con la lluvia:
cualquier sed de hombre tiene derecho cuando menos a
una/naranja grande/y toda tristeza a una mañana de circo,
/para que la vida sea, alguna vez, como una flor/ o como
una canción» (Payeras, 2013, p. 30).
El estilo de Payeras en estos Poemas de la Zona Reina
(2013) está marcado por la discontinuidad, de la que habla
María Zambrano, sobre la capacidad de la poesía para
mostrar verdades, sin establecer absolutos, y quizás ese
fuera uno de los puentes de comprensión para el colectivo
guerrillero cuyo perfil era más bien campesino e indígena.
Mario Payeras nos muestra un amor no excluyente, aquel
que nombra lo que observa, lo que se le aparece, sin
propensión a limitarlo violentamente, se abre de forma
polisémica, mostrando verdades, mientras las menciona. Y
posiblemente sea allí donde alcanza a configurar el espacio
de lo vegetal, del cual intentamos dar noticia aquí. De esa