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Cátedra de Coyuntura Internacional
desinformación del momento. Y es que 1981, es un año
en que buena cantidad de población indígena y campesina
se organizó en bases de apoyo guerrillero (Tischler, 2009,
p. 75). La imaginación de los cinco guerrilleros que llegaron
de México buscando fundar una guerrilla, en la década de
1970, veían aquello transformado en realidad. La presencia
de una guerrilla nutrida en la montaña y en otros lugares
rurales alejados, se había logrado. En parte lo que Payeras
había presagiado en Los días de la selva, de alguna manera
estaba sucediendo. Los elementos de un tiempo posterior
habían sido ya representados por el autor en el libro que se
encontraba publicado antes de que estos se consolidaran,
lo que los historiadores revisionistas entienden como un
movimiento circular de la palabra a la cosa o viceversa
(Ramos da Silva, André 2018, p. 123).
4. Retratar un momento condensado: Los días de
la selva
Una obra como Los días de la selva cuenta con prístina
claridad y sencillez, la utopía manejada por el grupo de
guerrilleros, donde Payeras se inserta como sujeto histórico.
Además, literariamente hablando, se trata de un narrador
testigo que narra de viva voz, todo aquello que vivieron y
plantea con claridad las contradicciones de clase y etnia,
que iban apareciendo en las diferentes etapas que el grupo
guerrillero vivió, tanto en la selva como posteriormente en
la montaña guatemalteca.
El libro guarda un tono narrativo testimonial, por un
lado, porque va relatando su propia experiencia junto a un
colectivo pequeño, que había llegado a tener la seguridad,
que estaban en eso, porque no había otro camino. Se
trataba de acciones con las que intentaban construir otro
país, donde los más pobres ya no fueran tan afectados por
el sistema de explotación que imperaba en ese momento,
y que sigue manejando la agenda política actual, pero con
un rostro menos específico, que el de esos días de la selva