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Cátedra de Coyuntura Internacional
sus obras o no conocen a fondo los alcances de su escritura,
suelen especular sobre que toda su literatura se inserta o se
adhiere a una literatura militante y política, como se le suele
llamar a la literatura testimonial o de corte testimonial,
donde podría entrar una parte de la narrativa de Mario
Payeras. De una u otra forma, la obra publicada por este
escritor se ha convertido hoy, ya revisitada, específicamente
en Centroamérica, en un espacio discursivo donde podemos
encontrarnos con sorpresas escriturales, dado que, en el
trasfondo de la obra narrativa y también poética de Payeras,
persiste un fuerte impulso deconstructivo que problematiza
y construye nuevo pensamiento desde los campos de la
filosofía, la literatura y la historia. Se trata de una manera
distinta de interpretar desde la historia, el pensamiento que
poblaciones en resistencia, tanto ladinas como indígenas,
han desarrollado a pesar de la vulnerabilidad del periodo en
que, con una mirada más crítica, reflexionan respecto a la
historia del propio país y sus derroteros.
2. Escribir en tiempos de guerra y de no guerra
Si dedicamos mucho cuidado a la periodización crítica
de la obra de Payeras intentando fijar exactamente, las
temporalidades en las cuales se dedicó a la construcción
de cualquiera de ellas, notamos inmediatamente que se
encuentran fechadas entre la década de 1970 y 1990.
Digamos que se trata de una escritura que se hace en
medio de fuertes convulsiones políticas, tanto fuera como
dentro del núcleo guerrillero. Sabemos, por ejemplo, que
cuando viajó a Costa Rica en 1979, se dedica allí a escribir
Los días de la selva.
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Sin embargo, Poemas de la Zona
Reina es elaborado cuando se encontraba en las montañas
del noroccidente de El Quiché y Huehuetenango. Se trata
de un periodo en el que escribe, tanto cuando está activo
militarmente que cuando puede tomar un descanso y viajar,
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Colom, Y. (2001). Cronología de la vida y obras de Mario Payeras, inserta en
Latitud de la flor y del granizo. Guatemala: Piedra Santa, p. 101.