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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
8. Un siglo de inestabilidad crónica
Es posible que, la decisión del monarca español tuvo
que ver con la inestabilidad crónica que en el siglo dieciocho
se vivió en las colonias americanas y que adquirió mayor
dinamismo en sus últimas décadas. Él necesitaba contar con
información estratégica, del tipo que solo un investigador
erudito, como Humboldt, podía recabar en ese momento.
Esa recurrente inestabilidad cobró una intensidad crítica
estimulada por la Revolución de Independencia de las
trece colonias inglesas de América en 1776, la Revolución
francesa en 1789 y la Revolución de Independencia de Haití
en 1791. Esta última, por ser una rebelión de esclavos
negros, aterrorizó a los peninsulares y criollos blancos
que se sintieron amenazados por la posibilidad de una
«pardocracia».
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En ese contexto de inestabilidad crítica
y de información confusa, el monarca español necesitaba
saber qué era lo que en realidad ocurría en sus dominios y
la expedición de Humboldt resultó una buena oportunidad
para ello.
En las colonias americanas, las clases dominantes
formadas por peninsulares y criollos, mostraban recurrentes
reticencias para dar cumplimiento a las gobernanzas
emitidas por el monarca, particularmente las referentes
a las Reformas Borbónicas y a la Constitución de Cádiz.
La dependencia económica de las colonias respecto de
la metrópoli era cada vez más débil y en paralelo, desde
finales del siglo XVII, se desarrollaban con cierto dinamismo
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Respecto al concepto de «pardocracia», Germán Suarez en el Seminario:
Los notables blancos y su temor hacia la pardocracia en la república,
presentó reflexiones en el sentido siguiente: «Ya no sólo estaba el caso de
la Revolución francesa, sino que más recientemente la revolución haitiana
daba ejemplo de cómo una clase de negros y mulatos luchaba por el poder y
buscaba reivindicaciones socio-raciales. Los notables blancos, para el caso de
la Nueva Granada, denominaron a esta clase emergente como “Pardocracia”,
esta expresión denotaba subrepticiamente el miedo por una guerra social
o “guerra de colores”, ya que los pardos eran considerados separatistas,
conspiradores y sediciosos, pero el temor especial yacía en la idea de los
pardos como jacobinistas o roberspierristas». (Suarez, 2016, p. 2).