18
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
5. Razón, civilización y libertad. Progreso, orden y
ciencia
A los segmentos acomodados e ilustrados de las
sociedades europeas y en menor medida, también a las
sociedades criollas de América, el siglo XVIII les permitió
respirar una atmósfera mundana. Fue, a su vez, tanto
un período de crecimiento acelerado y de expansión de
las fuerzas económicas, como de difusión e influjo de la
ideología burguesa en y desde Europa. En el corazón del
viejo continente, las emergentes burguesías encarnaban las
ideas liberales e iluministas. Sustentadas en su creciente
poder económico, se erigían como las clases nuevas e
ilustradas. La Revolución francesa fue el momento culmen
de la crisis de los Estados absolutistas en Europa, pero en las
colonias hispanas de América, las cosas eran distintas. La
transformación de las fuerzas productivas, bajo liderazgo de
las burguesías europeas y noratlánticas, estaba ocurriendo
e impactaba en las colonias de forma compleja. Incluso, en
algunos lugares la colisión era militar, combatiendo unos a
favor y otros en contra, tanto del régimen absolutista como
de la sujeción a España.
La influencia de las ideas liberales e iluministas, que
propugnaban las nuevas fuerzas sociales encarnadas en las
burguesías, fue tal que a éste se le llamó el Siglo de la
Ilustración y de las Luces. Los pensadores e ideólogos de la
Ilustración sostenían que mediante el conocimiento se podía
vencer la tiranía, la ignorancia y las supersticiones; pues
para ellos, estas fueron unas malas prácticas que llenaron
de sombras la historia de la civilización occidental. Como
expresión del eurocentrismo, en el período de la Ilustración
se fue imponiendo un pensamiento hegemónico, dentro del
cual se consideró a las épocas precedentes como tiempos
de ignorancia, principalmente la Edad Media, pero en parte,
también se consideró así al Renacimiento.