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Cátedra de Coyuntura Internacional

También están bajo crítica los acuerdos institucionales 

al interior del propio Estado, que sufre un desgaste profundo 

y fatiga estructural, producidos por décadas de cooptación 

por parte de las oligarquías y las mafias. A lo que se suma 

ahora, el uso a granel de estrategias de judicialización de las 

luchas políticas, así como una exacerbada y casi descarada 

intervención de poderes externos. Todo ello parece 

contribuir a disolver los límites y las fronteras entre los tres 

organismos del Estado. El modelo político del Estado nación 

y sus instituciones, parecen haber entrado en Guatemala 

en una especie de colapso funcional, lo que definiría un 

estado de crisis histórica y estructural del sistema político 

en el país. 

Esta situación viene de lejos, desde la primera 

independencia de los países latinoamericanos a inicios de 

1800. Las nacientes repúblicas surgieron sin un proyecto 

político e histórico propio y sujetas a un modelo de desarrollo 

económico y social, en extremo dependiente de sus relaciones 

con los países europeos. En los albores del siglo diecinueve, 

los proyectos de país que enarbolaron los criollos, les negaron 

un presente de igualdad a los pueblos originarios y les hicieron 

imposible un futuro digno. Todo ello resultó devastador 

para Guatemala. La perspectiva posindependencia fue la de 

construir la «patria del criollo» (Martínez Peláez, 1975). Pero 

los criollos, enfocados socialmente como un actor colectivo, 

no quisieron y no pudieron construir un proyecto Estado 

nacional que se asentara en la historia larga y el conocimiento 

propio de los pueblos. 

Fueron proyectos que se decantaron por los procesos 

civilizatorios imaginados por el otro europeo. Ese otro y 

su proyecto civilizatorio para América Latina está bien 

representado por Alexander von Humboldt y los postulados 

de la Ilustración europea que él encarnó, junto a su pujante 

propuesta de modernidad capitalista y liberal.