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Cátedra de Coyuntura Internacional
como antes de los salones judíos de su ciudad natal, Berlín,
sino que en ellos exponía fragmentos de sus escritos, como,
por ejemplo, el del Tableaux de la nature. Este erudito que
vivió más de dos decenios en Paris redactó en francés la
mayor parte de su obra, incluyendo las descripciones de sus
grandes viajes de investigación.
El mundo de Alexander von Humboldt es políglota. En
sus obras confronta a sus lectores, con toda naturalidad,
con una abundancia de idiomas que va desde las lenguas de
la antigüedad occidental, pasando por los grandes idiomas
europeos, hasta las más diversas lenguas extraeuropeas.
La internacionalidad del nombre Alexandre de Humboldt
alias Alejandro de Humboldt lo dice todo.
Humboldt, cuyo nombre sigue resonando en muchas
lenguas, fue también en el plano político un pensador situado
entre mundos. De joven experimentó el Paris revolucionario
junto con Georg Foster, quien había tomado parte en el
segundo viaje de James Cook alrededor del mundo, con
entusiasmo, según lo expresó después, había acarreado
arena para la construcción del Templo de la Libertad que
todavía estaba inconcluso, y se mantuvo fiel a los ideales
republicanos, aún en la corte prusiana de Potsdam y Berlín.
No sólo soñaba con un orden mundial más justo, sino que
trataba también de impulsar con sus escritos el proyecto de
una era moderna multipolar, en la que no hubiera esclavitud
ni dependencia colonial. Asimismo, estaba consciente de
la necesidad de que la población indígena constituyera
un elemento integral y no subordinado, de la América del
futuro. Idea que destella también, una y otra vez, en su
ensayo sobre la «República de Centroamérica».
En la sociedad científica incipiente de su tiempo trató,
no solo por medio de las famosas «conferencias cosmos»,
de que amplios sectores de la población tuvieran acceso
a la ciencia, incluyendo a las mujeres, quienes todavía