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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
y representantes de las autoridades tradicionales ixiles
–del Quiché– han denunciado el desvío recurrente de
varios caudales pequeños a una represa principal para la
generación de electricidad.
Los túneles, canales de desviación y represas tienen
mayores impactos, en la medida que se realicen en zonas
de mayor susceptibilidad, por las pendientes o por la
aridez de zonas de escasa cobertura boscosa. Este el caso
de comunidades ubicadas en el llamado «corredor seco»,
cuyo principal impacto es la amenaza a la seguridad
alimentaria de las comunidades –indígenas en su mayoría–
asentadas ahí.
La existencia de importantes zonas de recarga
hídrica dentro de los territorios indígenas del país, los
convierte en apetecibles zonas estratégicas para los
proyectos extractivos mencionados. Estas áreas han sido
históricamente, verdaderas zonas de refugio
27
para la
población indígena expulsada de las tierras más aptas para
el cultivo. Se trata, en su mayoría, de tierras de vocación
forestal, cuya vulnerabilidad a la erosión las convierte en
zonas susceptibles a los impactos del asentamiento de
nuevos contingentes humanos –que huyen de la violencia–,
en concomitante aumento de la frontera agrícola y las
obras de infraestructura. De esta manera, los temores de
la población aumentan, ante la continuidad y extensión de
algunos proyectos como en el caso de Quiché, donde se
planea construir, sobre el mismo y corto trayecto del cauce
del río Xacb’al, ocho hidroeléctricas.
27
El concepto de zonas de refugio, aunque no se refiere completamente al
de
«
regiones de refugio
»
de Gonzalo Aguirre Bertrán (1991), si toma en
cuenta el proceso histórico señalado por el autor. Obra antropológica IX,
regiones de refugio. El desarrollo de la comunidad y el proceso dominical en
Mestizoamérica (pp. 71-74).