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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

TTIP y el Acuerdo de París, a través de órdenes ejecutivas, 

así como los cambios en el Departamento de Estado y de 

sus asesores cercanos, que reflejan desacuerdos internos 

sobre la política exterior. Una muestra de ello es la reciente 

propuesta de la Estrategia de Seguridad Nacional de 2017, 

en donde existe cierta disonancia entre lo que plantea y 

lo que ejecuta, con un base conservadora, aislacionista, 

beligerante, de retórica realista bajo el sello del America 

First de Trump.

Por su parte, la Unión Europea apuesta por la agenda 

transatlántica como uno de sus pilares de acción exterior, la 

cual pueda incluir un Acuerdo Transatlántico de Comercio e 

Inversión, que podría en determinado momento convertirse 

en un instrumento para aumentar la producción y reactivar la 

región atlántica como contrapeso ante el auge de la región de 

Asia-Pacífico (China). En estos momentos, queda en el aire la 

firma de TTIP, lo que impacta de forma negativa a ambas partes 

y sobre todo a las reglas y desarrollo del comercio mundial. 

En cuanto a las cuestiones de seguridad, las declaraciones 

de Trump han impulsado, junto con la Estrategia Global de 

Seguridad de la Unión Europea, el desarrollo de capacidades 

militares para ciertos países europeos.

Lo anterior plantea el desarrollo (de forma inevitable) 

de las capacidades de defensa y la política industrial de 

defensa de la Unión Europea (innovación y desarrollo); 

el replanteamiento de la relación transatlántica y temas 

de seguridad (OTAN). Si bien desde lo retórico Trump ha 

hecho declaraciones sobre política exterior más fuertes que 

cualquiera de sus antecesores, en términos de políticas 

reales no ha ocurrido el cambio de paradigma tan temido 

por algunos y deseado por otros.